Una normativa que llega tarde

Una normativa que llega tarde

Quienes redactaron la normativa de Gascue, en discusión en la Sala Capitular, parecen desconocer la realidad. Enfatiza en preservar el patrimonio arquitectónico de Gascue, hecho risible ya que éste se compone del Palacio Nacional, dos casas en ruinas y la Logia al inicio de la avenida Bolívar, cerca dos o tres casonas más  y el Golfito.

Nos quedan algunos vestigios en sus pequeñas calles.

Lo que ocurrió en Gascue era previsible; se denunció a tiempo pero el proceso fue indetenible, las protestas  parecían irrisorias frente a la especulación inmobiliaria.

 ¿Como ocurrió? Gascue era formado por propietarios de grandes parcelas de tierra, donde construyeron sus inmensas casonas, lejos de la Zona Colonial en ese momento. El ensanche era familiar, burgués,  con servicios envidiables y de ambiente de ensueño, hasta los años 80.

La expansión desmesurada de la ciudad a partir de los 70, las ventas de casas/solares por herencia y la no regulación de la renta del suelo urbano por el Estado y el Ayuntamiento hicieron que el sector inmobiliario/financiero  pusieran  sus ojos sobre Gascue.  Los intereses en juego,  no son suficientes para entender  los procesos. La normativa vigente en los 90   tiene su responsabilidad, aplicó una norma diferente en las avenidas (6 y 8 pisos) y en el  interior de Gascue (4 pisos) funcionando así como reguladora de la plusvalía urbana  y perjudicando a los dueños de solares del interior de Gascue porque sus terrenos se vendían más baratos.

La lucha por terrenos fue en las avenidas, hoy es en el interior de Gascue,  porque los dueños de terrenos  se  involucraron en los lobbies  de la Sala Capitular  y violaron  la normativa: aparecieron  seis pisos en el centro de Gascue  y un cambio de uso de suelo indetenible como en las avenidas Bolívar y César Nicolás Penson:  12 y 14 pisos. Con la multiplicación de la propiedad de la tierra (edificios multifamiliares), al mismo tiempo,  se diferenciaban los  intereses: los nuevos adquirientes  piden mejor calidad de vida  y los  anticuados representantes de la clase de propietarios urbanos en vías de desaparición pide más beneficios y, mayor densidad para sus terrenos.

El resultado está a la vista: ha desaparecido el patrimonio monumental de Gascue, el ensanche  ve su densidad aumentar y colapsar sus espacios públicos. Gascue ya no existe, es un nombre, nada más. La nueva normativa llegó tarde.

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