Una observación electoral novedosa

Una observación electoral novedosa

La administración de procesos electorales es una actividad expuesta a apasiones y tensiones, es una actividad donde confluyen más de ochenta mil personas trabajando el mismo día en la consecución de cientos de procesos paralelos de logística, tecnología y recursos humanos empeñados en una misión, tener unos resultados confiables y creíbles.

Sin embargo, la confianza y la credibilidad no provienen sólo del trabajo ni del esfuerzo técnico de la Junta y su personal sino de un conjunto de elementos que van desde el intangible del perfil de sus actores hasta los niveles de transparencia y equilibrio que exhiba el personal en todos sus niveles.

En los países democráticos se ha diseñado un mecanismo de validación de las gestiones electorales que sirven para apuntalar la confianza de los actores políticos del sistema, ese mecanismo se llama Observación Electoral.

En nuestro país al igual que en muchas otras naciones del mundo, hemos tenido una rica experiencia de Observación Electoral tanto Naciones como Internacional.

Estas observaciones tienen mucha utilidad pero tienen sustanciales limitantes, sobre todo en el tiempo y lo tarde que generalmente llega la misión al país receptor, a estos se agrega la escasa información de que los mismos son servidos por las administraciones electorales que a su vez están envueltas en un proceso complejo y con fechas límites muy presionantes.

En nuestro país desde las elecciones del 2000, se ideó una observación técnica que complementa y robustece la transparencia que debe rodear a todo proceso electoral, esta es la auditoría de una empresa experta en informática, gestión y procesos, con estándares de calidad internacional y refuerzos en el área de estadística, muestreo y auditoría. En la experiencia dominicana se ha utilizado la firma Price, Waterhouse & Cooper, pero igual pudo haber sido otra con iguales perfiles.

Se realizó un concurso con la asistencia del Cuerpo de Asesores en Informática que falicitó el sector privado, se seleccionó la firma que cumplía con los requerimientos técnicos adecuados, se diseñó un plan de trabajo y se ejecutó. El proceso terminó con un informe que reveló con asombrosa exactitud las debilidades, las inconsistencias y fortalezas del padrón, lo que nos permitió diseñar en la recta final del proceso electoral los correctivos de lugar, con la participación activa y decidida de los partidos políticos que compartieron los resultados del trabajo con sus comprobaciones técnicas.

El secreto de estas auditorías está en las «aseveraciones» o afirmaciones que debe verificar el auditor. Se redactan un listados de las cuestiones vitales del padrón, por ejemplo, «todos los ciudadanos que votaron en las elecciones pasadas están en este padrón, excepto los inhabilitados por fallecimientos u otra causa» «No existen cambios en los recintos de votación que no estén autorizados por resolución de la Junta..» etc.. Estas «aseveraciones» deberán revelar las inquietantes de la administración electoral y de los partidos políticos para que los resultados merezcan la credibilidad y apoyo necesarios.

La experiencia fue tan gratificante que otros países han querido implementar esta novedosa auditoría técnica, como una manera de complementar otras observaciones electorales para que la suma de elementos confiables hagan el proceso de elección un proceso de elección un proceso diáfano y creíble.

Ojalá los amigos de la Cámara Administrativa de nuestra Junta Central Electoral tengan en sus planes repetir esta experiencia, ya que contribuiría a generar credibilidad y confianza, lo cual es siempre saludable en los procesos electorales.

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