Una oportuna exhortación

Una oportuna exhortación

En el tramo final de un 2013 de altas y bajas pero de una relación fructífera entre el Presidente Danilo Medina y la sociedad (que lo ha mantenido en la cima de la aceptación), el primer mandatario ha brindado un consejo al pueblo dominicano: disfrutar las fiestas sin excesos y en calma “porque la vida sigue después de navidad”. Comúnmente el país tiene que lamentar gran pérdida de vidas humanas por el asueto prolongado de diciembre, que propicia comportamientos que pueden derivar en accidentes automovilísticos y riñas. Las calles y carreteras se tornan más peligrosas. A pesar de los esfuerzos preventivos y de auxilio bien dirigidos por el Centro de Operaciones de Emergencia (Coe) con miles de soldados, policías, médicos y voluntarios. Su exhortación no debe caer en oídos sordos.

Además dijo esperar el 2014 como una oportunidad para “seguir trabajando”, seguramente en su estilo de acudir a frecuentes contactos con gente de diferentes puntos de la geografía, el medio con que palpa problemas, se forma criterios y dispone medidas puntuales con pocos recursos, pues dirige un Estado que heredó un déficit descomunal y un presupuesto reducido severamente por el servicio de la deuda y la entrega de subsidios para que el sistema eléctrico no se desplome. 2014 se proyecta esperanzador con dinamismo en nuestro principal socio EUA y el optimismo bien fundado de sectores nacionales.

LA BASURA COMO PARTE DE LA NAVIDAD

Los habitantes de Santo Domingo no merecen que su Navidad sea afeada por montículos de desperdicios en esquinas y frentes de casas. Todo el esfuerzo, público y privado, por convertir en radiantes y coloridos los frontispicios e interiores, y llenar de luminosidad a algunos parques, tendrían una ingrata contraparte. La inoperancia del vertedero de Duquesa, una verdadera sabana de inmundicias, origina con frecuencia algún tranque en el proceso de recibir desechos para su disposición final. Los ayuntamientos del Gran Santo Domingo llevan años sin conjugar con éxito sus operaciones para que la Ciudad Primada de América quede libre con estricta cotidianidad de la basura que va a parar a sus calles. Pero este sería el peor momento para que el desastre se repita, ahora que es tiempo para asumir la mejor apariencia. Solo con rápidas acciones de emergencia impulsadas por el Gobierno se conjuraría la creciente suciedad, si acaso.

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