Una oportunidad para Haití

Una oportunidad para Haití

MILAGROS ORTIZ BOSCH
Desde que la penicilina apareció en el mundo de la medicina  no se ha vuelto a utilizar la trementina y este hecho, muchas veces repetido en el campo de la salud, no se aplica a los procesos de  formación educativa, pues junto a las tecnologías modernas que para la formación de sus recursos humanos aplican las naciones desarrolladas, en las naciones más pobres seguimos aplicando métodos ya obsoletos, conviviendo penicilina y trementina.

Algunas veces, queriendo romper esquemas, he reunido equipos de trabajo para lanzar ideas en un lugar que llamo «la mesa de los disparates», pues es un debate rompiente, desafiante donde podríamos encontrar soluciones novedosas a problemas viejos o nuevos. Así vimos nacer proyectos como «Escuela para Todos» que nos sirvió para aprovechar la capacidad instalada y no usada por los colegios privados, ahí surgió la Comisión de Mujeres Asesoras del Senado dejando de ser «la única senadora» para facilitar la aprobación de leyes importantes para todas las mujeres. En esa misma «mesa» iniciamos el proceso de modernización y reforma del Congreso Nacional.

A pesar de reconocer los beneficios de la penicilina en  la preservación de vidas y en  los costos en beneficio de la salud nos hace falta voluntad para tomar decisiones parecidas dentro del  sector educativo y no usar trementina. Si seguimos estimando que la educación es un instrumento de desarrollo, el único capaz de romper la cadena de creación de pobreza, aplicar esta rotura, intentar romper la distancia entre pasado y presente sería un magnifica decisión en la dirección de acortar las distancias para disminuir esa pobreza.

Y debemos  pensar en  Haití

¿Qué inversión necesitaría la hermana República de Haití para construir las aulas que necesita y dotarlas de la energía que requiere su funcionamiento? Muchas habrán de construirse pero no todas, y por las mismas razones la edificación no será  en el tiempo requerido. ¿No estamos asegurando que al igual que el nacimiento de la escuela superó la enseñanza peripatética, la de los paseos de Platón y Aristóteles, la escuela del aula será superada por la  educación a la distancia?.

¿En qué tiempo se cerraría la brecha entre alfabetización literal y la alfabetización digital? ¿Qué tiempo podría esperar para acercarse a un cierto bienestar el pueblo que el martes 7 de Febrero mayoritariamente creyó en la democracia?  ¿Qué tiempo para que el pueblo haitiano valore la presencia de las Naciones Unidas y la constancia del chileno Gabriel Valdéz?

La presencia permanente de las Naciones Unidas, La Comunidad  Europea, Canadá, los Estados Unidos, Brasil y  Chile en el pasado proceso electoral  así como la obligación histórica de Venezuela y la necesaria solidaridad de la República Dominicana con Haití nos obligan a multiplicar esfuerzos.

Y he vuelto a mi mesa: Mis amigos saben  que  no renuncio  a tener ilusiones y sueños:

Proponemos focalizar en una área geográfica de Haití  un proyecto de educación digital masivo que desborde el analfabetismo literal ofertando a una parte de su población un  programa de educación para el trabajo y la producción en el mundo competitivo y globalizado.

A las Naciones Unidas y a la Organización Mundial del Comercio correspondería, dentro de este ensayo, una acción efectiva para lograr con Haití, como una de las naciones pobres del mundo, el derecho a la conectividad. Pasando de las cumbres a los hechos. Del análisis a la realidad.

La existencia de  computadoras portátiles, sin conexión eléctrica y de bajo costo, US$100.00 (cien dólares) la unidad, hace posible pensar que una de las donaciones que nos tienen acostumbrados las fundaciones como la de los esposos Melinda y Bill Gates, podrían estar aportando doscientas mil unidades para estos fines, como ya lo hicieran con los gobiernos de México y Perú con donaciones de más de US$25 millones (Veinticinco millones de dólares) cada uno, con los que la República Dominicana comparte amigos, me refiero a los esposos Hill e Hillary Clinton y Gustavo Cisneros.

El Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo tendrían la responsabilidad de una donación no reembolsable para el diseño del programa, estructurar el proyecto. La educación a la distancia es un desafió que vienen atendiendo las dos entidades más implicadas en proyectos de desarrollo en el hemisferio. En la República Dominicana, además, la Fundación Global esta convocando eventos en esta dirección y la Universidad UAPA acaba de finalizar un encuentro internacional sobre el tema.

La Asociación de Universidades Dominicanas y el Instituto Tecnológico de las Américas (ITLA) podrían entrenar a los formadores que necesitaría Haití para lograr estas metas.

La USAID, los Fondos Europeos para el Desarrollo, la Organización de Estados Americanos, la Asociación de Naciones Iberoamericanas, que hoy dirige don Enrique Iglesias, y muchas universidades del continente podrían asumir una importantísima tarea dentro del programa: facilitar mediante becas la formación técnica y universitaria que necesitará el desarrollo haitiano. Sobre todo en las prácticas de buen gobierno, de transparencia y eficiencia en la administración publica, y en todas las áreas del conocimiento.

Desde luego que un proyecto de esta naturaleza deberá ser ejecutado por el gobierno democráticamente elegido. Sería su condición fundamental.

Los que hemos leído «Gobernantes del Rocío» de Roman Roland,  los que no han olvidado «En Abrir y Cerrar los Ojos» o «Mi  Compañero el Sol» de Sthepán Alexis, los que han disfrutado de la pintura de Casimir, Gesnert Armand, los que recordamos la terrible lucha ese pueblo por su independencia: lucha de negros contra blancos, de esclavos contra amos, de pobres contra ricos, colonizados contra colonizadores, aquella tierra arrasada para crear la libertad y eliminar la esclavitud, apostamos a la inteligencia. Nosotros los dominicanos y las dominicanas necesitamos su desarrollo tanto como ellos. 

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