Una oportunidad para la parte digna de la Policía Nacional

Una oportunidad para la parte digna de la Policía Nacional

Una oportunidad para la parte digna de la Policía Nacional. Adelantar el inicio de la reforma para logar que el país disponga más prontamente de un cuerpo del orden fiable y de auténtica protección ciudadana resulta en este momento una apropiada respuesta del Gobierno a la consternación por las trágicas muertes de jóvenes privados de libertad en destacamentos.

Simultáneamente, y para que la intención de transformar a la PN quede fuera de toda duda, el Ministerio Público debe establecer responsabilidades directas en las evidencias de las palizas mortales.

Sin limitarse a la inculpación de subalternos, la procuradora adjunta Yeni Berenice Reynoso debería establecer la relación que los tratos brutales podrían guardar con la falta de aplicación de normas de respeto a los derechos humanos que corre por cuenta de las superioridades.

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Si es por falta de disciplina y de control institucional sobre miembros sin conciencia de los límites que la violencia prospera entre paredes de cuarteles, el escalpelo que busca el origen de los desafueros debe llegar a las causas subyacentes.

Las que no se ven a simple vista pero conectarían con negligencias o falta de capacidad jerárquica para contraponerse, aun antes de que llegue la reforma, a las crueldades de los interrogatorios y castigos medievales insufladas a una Policía que nació en la tiranía.

La tolerancia cero a los abusos y a las omisiones de efectivas órdenes superiores debe ser el principal signo renovador.

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