Entre una gran parte de la población de jóvenes estudiantes universitarios dominicanos existe el temor de dar un paso más allá en los estudios superiores e ir por una maestría, sobre todo cuando se trata de salir del país.

La razón de esto obedece a que muchos piensan que las instituciones y empresas privadas locales no remunerarán la calidad de su trabajo y conocimiento como es debido o, en el peor de los casos, ni siquiera les darán una oportunidad de empleo: es el mito de la sobrecualificación. Sin embargo, el Banco del Progreso lleva cinco años destruyendo este mito y apoyando el talento joven dominicano: se trata precisamente del programa de pasantía remunerada “Programa de Jóvenes Talentos”.

De analista senior a gerente. Este programa de pasantías alentado por Mark Silverman, presidente ejecutivo de esta institución financiera, no es nada común. Tiene una duración de tres años al final de los cuales, si los resultados son los esperados, el participante ascenderá a una posición gerencial.

“Es una iniciativa con miras a crear grupos de talentos para la sucesión gerencial. Durante esos tres años los jóvenes reciben una capacitación acelerada y están expuestos a tres rotaciones, una por año, en diferentes vicepresidencias del banco, participando activamente en proyectos de alto valor y exponiéndoles a experiencias en las que puedan crecer”, explica la vicepresidenta de Recursos Humanos de la entidad, Yolanda Hernández.

“Todos los jóvenes entran en el programa con un nivel de analista senior, que es el paso previo a una posición gerencial, nosotros tratamos de hacer que durante estos tres años ese proceso se acelere bastante y de ir cerrando año a año, también compensatoriamente, la brecha entre esta posición y la otra, para que cuando hagamos el cambio el impacto monetario no sea tan grande”, añade.

Multidisciplinario. En los cinco años de vida que lleva el programa, ya han participado cerca de cuarenta jóvenes, entre los cuales dieciséis se encuentran en una posición permanente dentro del banco y unos veintisiete participan activamente. Una de las ventajas del programa es que no se limita a una carrera específica (como Administración de Empresas, por ejemplo) sino que es extensiva a prácticamente todas las carreras: “Nos hemos dado cuenta de que tener un equipo multidisciplinario agrega mucho valor, porque ofrecen muchas veces una visión distinta de las que normalmente abordamos y esto ha enriquecido muchísimo el programa”, afirma Hernández.

“Por ejemplo, nosotros: Nadia es publicista, Jesús es abogado y Mauricio es economista”. -interviene Madelyne Guzmán, una ingeniera industrial que actualmente se desempeña en el área de la vicepresidencia administrativa y que forma parte del grupo de participantes del programa que visitaron este diario.

“Ellos buscan que tú tengas esa chispa de querer aprender y de provocar cambios” -considera Juan Mauricio Guiliani, egresado de Utah State University-, al hablar de los requisitos claves para ser seleccionado en el programa.

Mejora continua. Cada año los participantes deben presentar mejoras individuales y grupales (de ahorro de presupuesto, maximización de los recursos, etc.) por lo que son estimulados a conocer las diferentes secciones del banco, además de aquella en que trabajan. Algunos de los beneficios del programa son “capacitación continua de alto nivel”, foros abiertos con el liderazgo de la institución e invitados externos, donde son contestadas son inquietudes y un programa paralelo de “coaching” personalizado en el que se invierte el tiempo que requiera cada participante. “Se nos brinda la oportunidad de explorar otras áreas de banco y eso te da una visión del negocio mucho más integral”, reflexiona Guiliani. Además reciben “una compensación privilegiada en cuanto a aumentos generales”, apunta Hernández.

Requisitos. El Programa de Jóvenes Talentos está dirigido a personas entre los 23 y 30 años de edad, con una maestría. La entidad tiene acuerdos con universidades locales y extranjeras así como con el Ministerio de Educación Superior Ciencia y Tecnología con miras a facilitar la inserción laboral de los jóvenes con estudios superiores y fomentar el regreso al país de aquellos que cursan estudios en el exterior y que “esa mano de obra calificada pueda generar cambios dentro de la cultura dominicana”.