Belgrado. Hubo una época en la que el baloncesto yugoslavo dominaba el mundo. Sólo entre 1970 y 1991, la selección ganó cinco Europeos, tres Mundiales y los Juegos Olímpicos de Moscú’80 para un total de 19 medallas.
Una película que acaba de estrenarse cuenta el germen y la creación de una escuela de deportistas que hicieron historia. “Seremos campeones del mundo” es el título de esa cinta, que reivindica el derecho a creer en los sueños y recuerda las emociones y la energía que llevaron al éxito, también para inspirar a la reconstrucción de esos valores en la actual Serbia.
“Creer que nuestra vida existe para creer en los sueños”, cuenta a Efe el director del filme, Darko Bajic, sobre el mensaje que quiere transmitir. “Pero para lograr el éxito no basta con ser obstinado, fuerte, creer en uno mismo. Es necesario que también la sociedad confíe en usted, que exista un sistema de valores en el que, de forma fácil y correcta, se trace su camino hasta el éxito”, dice el cineasta, que estrenó la película el pasado jueves.
El filme es una historia sobre cuatro belgradenses que fueron los pioneros y la fuerza motriz de la creación de la legendaria escuela yugoslava del baloncesto- Nebojsa Popovic, Borislav Stankovic, Radomir Saper y Aleksandar Nikolic.
Sus comienzos se sitúan en 1945, primero como jugadores en los recién creados clubes Estrella Roja y el Partizán, y luego en posiciones técnicas y directivas. En un país en ruinas tras la II Guerra Mundial y en que se imponía el comunismo, ellos hallaron en el baloncesto, entonces desconocido en estas tierras, un lugar de libertad propia y donde expresar su creatividad.
Popovic fue el líder del crecimiento de este deporte; Stankovic, llegó a ser el presidente de la FIBA; Saper fue presidente de la Federación yugoslava; y Nikolic el creador de la filosofía del baloncesto yugoslavo.
Su entusiasmo, los esfuerzos y el profesionalismo que se extendieron por el país, pero también el reconocimiento de sus ideales por parte del Estado, llevaron a cumplir su sueño- Yugoslavia conquistó el 23 de mayo de 1970 su primer oro en un Mundial, al derrotar en la final a Estados Unidos.
El éxito de estrellas como Kresimir Cosic, Ivo Daneu, Petar Skansi, Ratomir Tvrdic, Nikola Plecas, Damir Solman, Dragan Kapicic, Ljubodrag Simonovic y otros, con Ranko Zeravica como seleccionador, fue una gran inspiración para muchas generaciones venideras. “En aquel tiempo existía un sistema de valores que se respetaba (…) y que nosotros, en un momento cortamos y perdimos. Con esta película volvemos atrás para encontrarlo”, cuenta Bajic a Efe.
El productor de la película, Zvonko Simunec, explicó recientemente que fue en Belgrado donde surgió el germen del baloncesto europeo moderno y que la escuela yugoslava fue la única respuesta ante la técnica de los rusos y la rapidez e improvisación de los estadounidenses. “Nosotros teníamos una mezcla de las dos cosas y por eso ganamos”, dijo el productor, que confió en que la selección Serbia (subcampeona del Mundo el año pasado) vuelva a ganar el año que viene. El productor han anunciado la intención de hacer una trilogía del baloncesto.
La segunda película se centrará en la era dorada de 1970 a 1992, cuando Yugoslavia arrasaba en todas las competiciones de la mano de estrellas como Slavnic o Kicanovic, primero, o Drazen Petrovic o Vlade Divac, años más tarde.
Un tercer filme contará lo ocurrido desde la ruptura de Yugoslavia y los últimos grandes éxitos, hasta el triunfo en el Mundial de 2002, y la desaparición de la selección. Dragan Kapicic, uno de los históricos que ganó el oro en el Mundial de 1970, consideró que en su época se ponía más alma y más corazón y había menos individualismo.
“Ahora los jugadores de las selecciones están de inmediato bajo los focos de clubes extranjeros y patrocinadores. Y es un camino muy práctico y concreto, cuanto se trata de la calidad. En aquel tiempo, nosotros no mirábamos si después de un buen juego pasaríamos a la NBA o donde sea. Nosotros sólo queríamos estar entre los doce de Yugoslavia y que Yugoslavia ganara”, recuerda a Efe. EFE