La vida de la pequeña Iris Halmashaw en Leicestershire (Reino Unido) cambió en marzo de 2013 gracias a la pintura. La niña, de tres años, tiene autismo y hasta ese momento apenas se comunicaba y experimentaba episodios violentos cuando se rodeaba de otros niños.

Un día su madre, Arabella Carter-Johnson, estaba haciendo unos dibujos cuando Iris mostró un gran interés por estos. “Le dejé que ella probara e instantáneamente se puso a pintar”, relata la madre.

La satisfacción de ver cómo la pequeña se comunicaba a través de la pintura llevó a Arabella a compartir algunas de las obras de su hija en Facebook. Para su sorpresa, una de sus amigas se interesó por comprarlas y fue así como comenzó la fama. Cada vez más gente quería un cuadro de la pequeña genio.

“Apenas puede hablar, pero la pintura le brinda la oportunidad de expresar sus pensamientos, sus recuerdos…” explica Arabella a través de un correo electrónico, “ahora está más contenta y se comunica más”.

El escalón de la fama.  Los cuadros de Iris están comenzando a cotizarse en el mundo del arte e incluso coleccionistas privados se han interesado por su obra.

 “Hasta ahora, hemos llegado a vender algunos de sus cuadros por 1,500 libras (unos 1,700 euros). Hemos tenido ofertas todavía más altas por otros pero hemos preferido quedárnoslos”, informó su madre.