Una pérdida que duele en el alma

Una pérdida que duele en el alma

En mayo pasado nos regocijamos porque el Poder Ejecutivo le entregó a Emilio Herasme Peña, nuestro entrañable Emilín, el Premio Nacional de Periodismo correspondiente a este año. Un galardón más que merecido. Ese regocijo se nos transforma ahora en amarga congoja. Emilín se nos fue para siempre, a los 72 años de edad. Con su partida perdemos a un periodista de grandes méritos, un sindicalista fervoroso, un fiero luchador contra la tiranía trujillista, un político que sirvió a su país desde la senaduría por su provincia, Baoruco; a un valiente luchador constitucionalista, un jurista siempre presto a defender la causa de los periodistas, un deportista a carta cabal, un acucioso escritor y productor de documentales . Y sobre todo un amigo sin dobleces.

Emilio Herasme Peña fue parte de una familia de varios comunicadores de talla, oriunda de Neiba. Agotó un ejercicio periodístico bastante dilatado y merecedor de reconocimientos, durante el cual fue ejecutivo y director de varios medios, como Radio Mil Informando, Noti Tiempo, el vespertino La Noticia y el matutino Listín Diario, entre otros. Últimamente, con la salud tanto deteriorada, estaba dedicado a la producción de interesantes documentales audiovisuales de contenido histórico. Le sobreviven su esposa Zoila Ferreras y sus hijos Sarah Firelei, Aleksei Emilio, Carlos y Zoila Emilia. Paz a los restos de este valioso dominicano.

Cooperación oportuna

El Gobierno dominicano debe aprovechar al máximo la disposición de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), de ayudar al país a regularizar la situación de los extranjeros que viven en el territorio nacional. El organismo internacional tiene amplia experiencia en asuntos migratorios y ha aportado su cooperación para solucionar problemas de este tipo en muchos países a nivel mundial.

Para la República Dominicana ha sido traumático el tema migratorio por sus distintas aristas, que siempre tratan de aprovechar grupos que apelan a los extremismos en favor y en contra de la causa de los inmigrantes. Un plan regulatorio propuesto por la ONU con estos propósitos debería ser acogido con entusiasmo. El país necesita, de una vez por todas, fijar normas que mejoren nuestros controles sobre los inmigrantes en un marco de respeto de derechos universalmente reconocidos.

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