Una pesada carga para RD

Una pesada carga para RD

Los casi dos millones y medio de ciudadanos haitianos que han sido albergados en la República Dominicana a raíz de la catástrofe del 12 de enero, y que ya constituyen una pesada carga para la República Dominicana por nuestra maltrecha economía, no solo representan un dolor de cabeza para las autoridades, sino que también a largo plazo son una amenaza a la estabilidad del país, por las constantes denuncias en foros internacionales que con mucha frecuencia hacen sus defensores.

A nueve meses del terremoto, la vida del haitiano comienza a recomponerse con la ayuda de la República Dominicana más que de otras naciones, y desde ya comienzan las denuncias internacionales en foros públicos, por la inconformidad de algunas autoridades e instituciones del vecino país, y tres ONG que alegan que las autoridades dominicanas de migración maltratan a niños y niñas que mendigan y piden en las calles de la capital y otras ciudades del interior, como si esta práctica fuera algo normal.

Aunque consciente de que la ley lo faculta para sacar a todo ciudadano ilegal que resida en la República Dominicana, el director de Migración, vicealmirante Sigfrido Pared Pérez, le respondió a las tres ONG, en el sentido de que esa Dirección General de Migración lo que hace es retirar a esos menores de las calles y hacer respetar los reglamentos internacionales de no explotación de la mano de obra infantil y la legislación dominicana.

Creo, al igual que el vicealmirante Pared Pérez, que a las ONG que hacen la denuncia hay que restarles credibilidad, ya que el Gobierno tratará de recluir estos niños, algunos de los cuales como ya se ha dicho, no tienen padres ni dolientes, sino una banda de mafiosos que los utiliza para su provecho personal, y que los mismos, deben ser recluidos en centros de recepción y entregados al CONANI.

La República Dominicana tiene muchos enemigos en foros internacionales, como es el hecho del sacerdote católico español Chistopher Hartley, cuyo último intento de dañar la imagen del país en el exterior ha sido su película “El Precio del Azúcar”, donde no solo daña la imagen del buen dominicano, sino de una familia tan noble y centenaria como los Vicini.

Quiera Dios que más pronto que temprano, que no tarde mucho la ampliación del reglamento de la Ley 285 sobre Migración, que permitiría controlar la ola masiva de extranjeros en el país, y que la misma sea una de las prioridades del Gobierno, para evitar caer en el descrédito total en los organismos internacionales.

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