Una petición justa y merecidísima

Una petición justa y merecidísima

Jardín Botánico de Santiago: Dr. José de Js. Jiménez Almonte

No tuve el honor de conocerle, mas sí a su hijo el doctor José de Jesús Jiménez Olavarrieta desde los tiempos en que estudiamos en la Universidad de Santo Domingo. Posteriormente, él formó parte del Patronato Erick Leonard Ekman, del cual fui su Director Ejecutivo. En esa institución actualmente en receso, me cupo la honra de revisar en su hogar, el manuscrito del libro que escribiera sobre el eminente botánico sueco Ekman y pude percatarme del inmenso material botánico, documentos, libros y escritos pertenecientes a su finado padre. Hoy, que él tampoco está entre los vivos ya que hubiese defendido esta causa mejor que nosotros, me cabe a mí unirme a la pléyade de personalidades y de su nieta Julia Virginia Pimentel Jiménez, quienes han solicitado al señor Presidente de la República, Danilo Medina, que designe con el nombre de este ilustre científico hijo de Guazumal, el parque botánico que se construirá en Jacagua, Santiago.

El señor Presidente, al parecer ha sido animado para que designe el Jardín Botánico con el nombre del profesor Eugenio de Jesús Marcano; sin lugar a dudas merecedor también de ese honor, pero, si profundizamos en ambos personajes; uno doctor en medicina y alumno del padre de la botánica dominicana Rafael M. Moscoso Puello, podemos notar, que el Dr. Jiménez Almonte colectó más de 20,000 números, algunas especias nuevas para la ciencia. En su haber tiene varios libros, artículos, conferencias, etc. El otro de su parte, profesor Marcano Fondeur, fue un destacado naturalista que incursionó aleatoriamente en botánica, mas sus descubrimientos, charlas y escritos versan primordialmente sobre investigaciones geológicas y entomológicas, las cuales realizó en diferentes lugares del país.

Es de notar, que el doctor Jiménez Almonte fue fundador de la Academia de Ciencias de la República Dominicana en el año 1947, en donde dejó su impronta por su entrega total a las labores académicas y científicas. Se le recuerda por haber ampliado el horizonte de esa institución, ya que en su condición de miembro de más de 17 instituciones internacionales con las cuales mantenía correspondencia, intercambiaba materiales e investigaciones, lo cual le obligaba a estar al día en los últimos acontecimientos científico-literarios.

El doctor Jiménez Almonte, aparte de haber descubierto nuevas especies para la ciencia, algunas de ellas llevando su nombre, fue un gran colaborador de su maestro Rafael M. Moscoso Puello en cuya memoria ha sido designado nuestro Jardín Botánico Nacional. También, cultivó la amistad de Henri A. Liogier, otro director del Botánico y autor del diccionario botánico de las Plantas de la Hispaniola, cuyo prólogo lo escribió el doctor Jiménez Almonte.

Era un dedicado a su profesión de médico, donde ejercía la filantropía ya que muchos pacientes sin recursos económicos para pagar la consulta, eran atendidos gratuitamente. Como era un personaje versátil, había sido profesor de matemáticas, lo cual le sirvió para ser un destacado jugador de ajedrez, donde se llegó a coronar campeón nacional en el año 1948.

Quiero dejar constancia que no abrigo resentimiento o inquina contra el profesor Eugenio de Jesús Marcano, a quien tuve el placer de conocer en dos viajes exploratorios sin carácter científico y pude apreciar el vasto dominio que tenía sobre ecología y botánica. Pero, creo sinceramente que los méritos del doctor Jiménez Almonte son más preponderantes, por lo cual, se haría justicia si ese parque o jardín botánico de Jacagua llevase el nombre del Dr. José de Jesús Jiménez Almonte.

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