Una pincelada de color a la incertidumbre

Una pincelada de color a la incertidumbre

Taciturno, el futuro le sabe a gris. No se siente capaz. Una capa color negro, oscura, se ha puesto a bailar a su alrededor y ha sucumbido por culpa de ella.

Quiere llorar. Pero no puede.

La impotencia, el saberse o sentirse como un estorbo, puede más que nada.

Aunque está consciente de que aún tiene 18 meses por delante para buscar una salida a su problema no se siente con fuerzas para luchar.

El cansancio, unido a una edad en la que ya no le quedan muchas oportunidades, ni siquiera le permite pensar. Al ver los vehículos amarillos que acaba de importar la Confederación Nacional de Transporte (CONATRA) para ajustarse a la nueva regulación que pretende unificar los taxis del país, él piensa en los múltiples usos que le da a su carrito. No tiene dinero para comprar uno nuevo. Le encantan las facilidades que ofrecen las nuevas unidades que han traído pero, ¿cómo una persona que apenas puede sobrevivir tiene ánimos para pensar en un GPS?

Aunque su carro está bien, no sabe si las autoridades creerán lo mismo.

¿Pretenderán obligarlo a tener una de esas nuevas unidades importadas desde China? ¿Y si los taxistas de la compañía en la que trabajan se niegan a pintar sus carros y ésta se ve obligada a cerrar?

La incertidumbre le asalta, por más que quiera encontrar la calma; y le da rabia pensar que las autoridades siempre toman decisiones sin antes consultar a los sectores que se verán afectados.

Antes él era chofer de carro público pero cuando decidieron que no podía salir a trabajar todos los días cambió de sector. Ahora, ¿a qué se dedicará?

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