Una prepotencia que nos avergüenza

Una prepotencia que nos avergüenza

Son recurrentes los escándalos en que se ha visto envuelta la Cámara de Diputados. Sin embargo, la reciente forma en que el Partido de la Liberación Dominicana hizo que el presidente de esa Cámara apresurara a los diputados de su bancada para que aprobaran el presupuesto para el año 2012, ha sido la más chapucera, vergonzosa y deshonrosa de todos. Ha sido además, otra demostración de prepotencia, abuso de poder, de ese partido/Estado y de su presidente.

El vídeo que recorre el mundo, donde se ve un torpe, presuroso y nervioso presidente de esa Cámara arreando los diputados hacia el despeñadero de la ilegalidad, al tiempo que vociferaba “voten, voten”, al ritmo de golpes de mazo, como país nos sumerge en una insoportable vergüenza. Muestra, además, el “Congreso del progreso” que con el uso masivo del dinero del contribuyente, se nos impuso en las últimas elecciones congresuales.

Eso obliga que se establezca la responsabilidad de aquellos que directa o indirectamente montaron el grotesco espectáculo registrado en ese vídeo, con la finalidad de impedir  que la discusión de ese presupuesto se convirtiera en un espacio para que diversos sectores exigieran el cumplimiento de las leyes presupuestarias que establecen el 4% para la educación, el 10% a los ayuntamientos y el 5% a la UASD.

Generalmente, la prepotencia de algunos funcionarios de este gobierno se hace evidente cuando envían algunas piezas al Congreso, advirtiendo que deben aprobarse sin modificaciones, sobre todo cuando se trata de los presupuestos nacionales. Pero nunca como ahora se había hecho tan evidente la falta de escrúpulos de estos funcionarios para imponer una única voluntad, un pensamiento único, como sucede en los sistemas políticos de partido único.

Muchas veces, esas piezas se aprueban por la pusilanimidad o la complicidad, negociada y comprada de algunos congresistas del PRD. Pero esta vez, la coyuntura electoral y la amplitud de los reclamos de diversos sectores para que se cumpla la ley de gasto público imposibilitó la ocurrencia de otra colusión entre gobierno y oposición para repartirse tranquila e impunemente el pastel del presupuesto nacional.

El partido/Estado ha dado otra demostración de abuso de poder, de prepotencia, pero la forma en que lo ha hecho evidencia que determinados actos de violencia política son esencialmente expresiones de debilidad de quien la ejerce. La forma en que se aprobó el presente presupuesto nacional demuestra el aislamiento del gobierno y su partido en su tozudez de no asumir el cumplimiento de determinadas leyes, evidencia su debilidad.

Ese aislamiento deberá afectar las aspiraciones de su candidato presidencial, que deberá explicar el porqué los diputados que le siguen aprobaron un presupuesto donde no se consigna el 4%  a la educación, una promesa suya de campaña que ya comienza a ser incumplida. Él dirá, como otras veces ha dicho, que los diputados son del partido, no suyos, pero se supone que su deber es pronunciarse sobre la forma en cómo se aprobó un presupuesto que, en parte, debería ser aplicado por él si resultare vencedor de las próximas elecciones.

No puede ignorar un acto de prepotencia de Estado que socaba la institucionalidad y nos avergüenza como nación.

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