Una propuesta indecente

Una propuesta indecente

El Embajador Brewster reveló que EUA otorga 80 mil visas de residencia por año a dominicanos, y que sólo México tiene más en todo el continente. Seguro que muchos aplaudieron con entusiasmo esa noticia, que en realidad tiene una significación ominosa. También resaltó que nuestra diáspora en EUA alcanza la cifra de 1.8 millones.
¿Por qué EUA otorga a dominicanos esa cantidad tan elevada de visas? El Senador Sessions, designado por el Presidente Trump como su futuro Procurador General, refería hace algunos años que según oficiales del consulado norteamericano en RD, la mayoría no se otorgaba por su calificación laboral o sus aportes a la economía, sino por matrimonios arreglados o petición familiar. ¿Es esa la verdadera razón de tanta apertura consular?
En un lustro, 400 mil compatriotas emigrarán para radicarse en EUA. ¿Cuántos partirán hacia Europa? ¿Cuántos más lo harán hacia Canadá?
Al conocer el dato, recordé un controversial informe de una Comisión del Parlamento Europeo, que visitó la Isla en 1999.
Los eurodiputados, que habían ido primero a Haití y luego a RD, identificaron un gran potencial de violencia entre ambos pueblos si continuaba la desestabilización demográfica y medioambiental y sus impactos migratorios insulares.
La “solución” propuesta era una quintaesencia de racismo, cinismo y manipulación imperialista: ¡un intercambio de poblaciones!. ¡Que RD asumiera los haitianos como minoría nacional, nombrando un comisionado especial, y en cambio, los dominicanos debían prepararse a emigrar dentro de un generoso programa de visas, especialmente hacia España! Una propuesta indecente, que para nada tomaba en cuenta el derecho de ambas naciones a su propio desarrollo y a preservar su identidad. Recuerdo que algunos diputados nos reunimos después con la Eurodiputada comunista Pérez de Arco, que había sido parte de esa comisión que criticamos con crudeza. Nos pidió disculpas. Admitió su ligereza.
Sin embargo, ese enfoque en gran medida ha venido ejecutándose en los hechos. Las potencias tienen una deuda con Haití, y al mismo tiempo un serio problema de seguridad por su condición de Estado Fallido. No han querido reconstruir sus bases nacionales, ni buscar un genuino compromiso continental con cuotas de migración: quieren resolver ambos asuntos a expensas de RD.
Pero saben que eso no es posible sin presionar, debilitar y condicionar a su vecino y sus élites, con los más diversos recursos duros y blandos.
Junto a la generosa política de empréstitos, viene aplicándose un efectivo estímulo a la emigración, para amortiguar tensiones. Los dominicanos con mejor nivel saliendo, y las haitianos empobrecidos entrando, en forma incesante, impulsados por una economía de embolo, dentro de esquema de capitalismo salvaje.
¿Hay mejor manera de cumplir la recomendación V de Mission to Haití de 1949?

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