Una propuesta para los candidatos

Una propuesta para los candidatos

JOSÉ RAMÓN MARTÍNEZ BURGOS
Ahora que se está implementando la ley de la Seguridad Social, es muy importante que los candidatos a la Presidencia de la República y sus respectivos partidos políticos, se revisaran interiormente y pensaran un poco en la soledad en que viven las personas mayores. Si algunos de los políticos han leído alguna vez al insigne Maetterlinck, recordarán sus bellas palabras sobre el silencio, que según este autor, es el lenguaje verdadero del alma cuando se tienen las facilidades de elegirlo y no cuando se impone.

Hoy en nuestra soledad del consumo existe un verdadero problema para aquellas personas mayores de edad que no pueden valerse por sí mismas y las que son dependientes, que llegan a edades avanzadas en completa soledad, drama éste que la sociedad ni el Estado deben dar las espaldas. Muchas veces he pensado que la dignidad de un pueblo reside, en parte, en el trato que se les da a sus mayores. ¡Cuán pequeños son aquellos que desprecian a quienes les dieron vida, los cuidaron, alimentaron y los formaron en su juventud! Porque se puede querer mucho a los padres, pero no poder atenderlos por múltiples razones sean éstas económicas o por no tener disponibilidad física donde alojarlos, pero dejarlos a su propia suerte es una acción familiar, que no puede justificarse. Es una agresión dolorosa.

Es necesario abordar en profundidad las nuevas perspectivas de la familia y su dependencia, pues existen varios planos, que van desde los 65 años hasta más de los 80, desde las viudas o los viudos de más de 70 años, sobre todo sabiendo que la familia todavía es el principal sustento y soporte de los ancianos.

Es necesario poner en marcha los mecanismos de atención a la dependencia de estos ciudadanos que en algún momento fueron los forjadores de nuestro Estado. Alemania, Austria y Luxemburgo, tienen un modelo a seguir, pues en estos países las prestaciones económicas se combinan con las prestaciones de asistencia médica especializada y con la asistencia social desarrollada.

La elección de un modelo público con seguros privados podría estudiarse e implementarse con la co-financiación por parte de los usuarios cuyas familias estén en condiciones de dar su cooperación. Un proyecto con carácter general para todo el país podría ser exitoso, sólo falta el interés de los políticos.

Sabemos que esta propuesta requiere de una voluntad hercúlea, pero este tema es trascendente y no podemos perder de vista la meta de que no es querer que nuestros mayores vivan más años, sino de mejorar la calidad de esos años que les faltan por vivir.

Esta idea podrá ser un sueño pero hay que entender que son muchas las familias de personas mayores dependientes a su cargo y hay la necesidad, cuanto antes de llevarle este auxilio, porque ahora, lo que sucede es que estos ancianos son abandonados a su propia suerte, porque sus familiares tienen el deber de concurrir a sus centros de trabajo, para por lo menos llevarles el pan de su existencia.

Al concluir con este tema, quiero destacar que al estudiar este asunto, es necesario incluir no solamente a los padres, sino también a otros parientes de distinto parentesco o edad, que también constituyen uno de los sectores de la sociedad mayormente olvidados.

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