Una real legión del mal para hurtar al erario

Una real legión del mal para hurtar al erario

 La gente, impredecible y mutable, nos da infinitas lecciones. Nos enseña, con el ejemplo, que la honradez  es el mejor  apostado pero  que es  fácil apartarse de él: basta una cuota de poder para perderse en el abismo del hurto y la desvergüenza.  

 La familia Medina Sánchez demuestra  hasta dónde se puede   llegar para  sacar ventajas  al erario y hacerse millonario. 

Juan Alexis Medina,  el gran magnate, recuerda al Lex Luthor de la Legión del Mal que   enloquecía por el poder y fue capaz de armar un emporio. Y es que Alexis formó su legión y luchó  por conseguir lo que quería. Tristemente no hubo unos Superamigos que le hicieran la contra.

Al revisar las auditorías de la Cámara de Cuentas se ve  que  Alexis se ayudó de  una cuadrilla que  pasó por alto los controles para ganar procesos y violentar las reglas.  Ganó mucho dinero, Al hermano del presidente Medina Danilo, y a nadie le extrañó. Si hablamos del Fondo Patrimonial de las Empresas Reformadas (Fonper)  tenemos que era el feudo de Carmen Magalys y Lucía Medina Sánchez: una tenía dos salarios allí y la otra recibía dinero para su fundación. ¡Ahí tampoco se controló nada! ¡Y nadie vio nada!

Sorprende que aún Danilo no haya bailado. ¿Saldrá ileso de este tinglado? Cuesta creerlo, en realidad, porque la omnipresencia de Alexis en las instituciones del Estado hace difícil pensar que negociara a espaldas de su hermano. ¿Es factible que remodelara y equipara los hospitales al margen de Danilo o que vendiera gasolina a la Policía Nacional y AC-30 a Obras Públicas?

Lo grande es que la cosa no queda ahí porque la familia también convirtió la nómina pública en algo parecido a una gran empresa familiar: en el Fonper, por ejemplo, trabajaban una sobrina y dos primos de la vicepresidenta, que era Carmen Magalys.

Los familiares de Danilo y su esposa Cándida Montilla ganaban en total RD$4,126,986 al mes: el que tenía el salario más alto era Luis Armando Asunción Álvarez, superintendente de Bancos, que devengaba RD$999,970; mientras su esposa Rosanna Altagracia Montilla fue directora de servicios financieros de la Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales (CDEEE), con un sueldo mensual de RD$320,000; y la hija de ambos, Soraya Priscilla Asunción Montilla, era directora de Negociaciones Crediticias del Ministerio de Hacienda  y ganaba RD$170,500. ¿Realmente se necesitan más pruebas para ver que algo andaba mal? Ojalá que nos responda.

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