Una reforma que nos sabe a puro terror

Una reforma que nos sabe a puro terror

Marien Aristy Capitán

El documento es una daga mortal al bosillo. No es el proyecto, no es lo que se presentará, bien lo sabemos, pero el simple hecho de que se haya pensado en la posibilidad de gravar en forma tan ruda a la clase media sobrecoge y preocupa.

Esas 94 páginas me llenaron de terror y me obligaron a pensar, indudablemente, en las reformas fiscales que han hecho todos los presidentes que han pasado por la gran silla y que, reforma sí y la otra también, han sido una pesadilla.

En este contexto, con todos los productos de primera y segunda necesidad por los cielos, me sobrecoge pensar en la posibilidad de que me reduzacan el salario con un pago mayor del impuesto sobre la renta y que extiendan la base del ITBIS a un punto tal que nos dé migraña.

En un país que grava el ahorro pero da exoneraciones a los legisladores sería cuesta arriba pagar un 1% del vehículo aunque no tengas un carro de lujo, que graven más las compras por Internet o penalicen las indemnizaciones y cesantía. También que reduzcan el IPI a los RD$5 millones, paguemos un 1% de los inmuebles o eliminen la deducción del gasto educativo.

Sí, aún no tenemos la certeza de lo que se va a gravar. Tememos, sin embargo, que la soga se vuelva a cortar donde siempre: en el bolsillo de los más pendejos.

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