Con el correr de los años, la política partidista dominicana viene experimentando una crisis de valores, pues en ella están ausentes los principios de ética y moral.

Como sabemos, la política está vinculada a normativas que controlan la vida del hombre en toda sociedad y en consecuencia es una actividad que debe tomar en consideración los deseos, las obligaciones y los derechos de las personas.

Para el filósofo, economista, sociólogo y politólogo alemán Max Weber, la política es «un conjunto de las formas de conducta humanas que implican el dominio del hombre por el hombre».

Partiendo de esas conceptualizaciones, una de las actividades humanas que más requiere de la ética es precisamente la política partidarista, pues en ella se conjuga tanto el arte de lo posible como la necesidad de hacer posible lo que desean las grandes mayorías.

Recientemente, el candidato presidencial del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) dijo que, de ganar las próximas elecciones, destituiría a los funcionarios que el rumor público señale como corruptos. Anteriormente, durante un acto celebrado en conmemoración al 102 aniversario del nacimiento del profesor Juan Bosch, Medina prometió también que de llegar al poder hará un gobierno moral y ético en memoria al fundador del PLD.

Con esas posiciones lo que se advierte es que el candidato presidencial del partido en el poder estaría infundiendo un nuevo sentido de moral y ética en la política vernácula.

En todos los gobiernos que hemos tenido en los últimos 45 años, la ciudadanía ha levantado su voz en reclamo de que se castiguen ejemplarmente los hechos de corrupción administrativa.

Rara vez en una campaña electoral se ha visto que la moral regule la conducta de los candidatos, pues en determinadas situaciones prefieren mentir para no perder cierto apoyo de los votantes.

Las promesas de saneamiento administrativo y de que cancelaría a los funcionarios que el rumor público señale como corruptos, así como el juramento de que hará un gobierno ético y moral en memoria del profesor Juan Bosch es una responsabilidad social que Danilo Medina está asumiendo frente a todo el país, lo cual constituye una actitud poco común en una campaña electoral.

Nuestro país realmente necesita de un estadista que desarrolle en lo adelante un Gobierno moral, sensible a los reclamos de la ciudadanía.

¿Es Danilo Medina una reserva moral y ética de nuestro sistema político?