Los disparos de armas de fuego están entre los principales causantes de muertes y heridas. En muchos casos los disparos provienen de armas portadas legalmente por individuos que pagan licencia. Y probablemente, las armas legales son utilizadas más para agresiones que para defensa propia. Las autoridades se esfuerzan mucho porque el portador de armas esté al día en el pago de los impuestos, pero muy poco por llevar registro de las conductas de esos ciudadanos.
El psiquiatra Luis Emilio Montalvo critica que las autoridades otorgan permisos sin discriminar a las personas que tengan historial de violencia o de abuso de alcohol y otras drogas. Y observa que el examen psicológico para expedición de licencias de armas, no pone a la vista los rasgos violentos de la personalidad del solicitante. Él propone hacer pruebas antidoping sorpresivas entre las personas autorizadas a portar armas.

Son muchos los que despiden el año viejo y reciben el nuevo haciendo disparos al aire. Esa conducta por sí sola debería bastar para anular la licencia de porte y tenencia de armas, si acaso el autor de los disparos posee permiso, aparte de cualquier penalidad si los disparos causan muertes o lesiones a terceros, o daños a propiedades. El país necesita controles y requisitos más rigurosos para autorizar el porte y tenencia de armas de fuego, y castigos mucho más severos para tenencia y uso ilegal.

El defensor solitario

Diógenes Tejada, reportero nuestro en el Aeropuerto de las Américas, se ha pasado gran parte de su vida profesional clamando, inútilmente, por el acondicionamiento del Parque Nacional de La Caleta, que es en estos tiempos la cara sucia y repugnante a la entrada de la terminal aeroportuaria. De museo que exhibía arte taíno, y que tenía cierto atractivo para los turistas que frecuentan Boca Chica, ese parque ha sido convertido en madriguera para consumo y trata de drogas, y para prostitución de todo género. Visitarlo en esas condiciones expone a cualquier ciudadano a riego de asalto o cosas peores.

Todas las autoridades con beligerancia en este asunto se han hecho de la vista gorda ante la deplorable situación del parque-museo, lleno de malezas y deterioro. La falta de visión les impide aquilatar que, al acondicionar este parque tendrían, al menos, una obra realmente útil que exhibir.