Una sabia decisión de la CAASD: corregir las fugas de agua

<STRONG>Una sabia decisión de la CAASD: corregir las fugas de agua</STRONG>

El director de la CAASD ofreció el pasado viernes unas cifras alarmantes acerca del gran desperdicio de agua existente en las redes del acueducto, y en los hogares y empresas, que se eleva a un 55% del agua que nominalmente suministran todas las fuentes de agua que abastecen al gran Santo Domingo.

 Se estima  la entrada de un 1,512,000 metros cúbicos de agua por día de las distintas fuentes,  equivalentes a un consumo per cápita de medio metro cúbico por persona, igual a 128 galones por día por habitante capitaleño, que es igual a los 600 litros diarios, superando casi tres veces el consumo personal admitido por las organizaciones sanitarias internacionales, revelando el enorme desperdicio  que existe en las redes y hogares.

 La CAASD, si lograra reducir esas pérdidas en un 50%, significaría que estaría añadiendo a las redes un nuevo sistema de suministro de agua que aportaría  más de cuatro metros cúbicos por segundo  y se economizarían fabulosas inversiones que se necesitarían para un proyecto como el de Madrigal, felizmente sepultado, para darle vida a uno Haina-Pedro Brand de producción estimada a lo que se obtendría reparando las fugas.

 Corregir las fugas en las redes del acueducto capitaleño ha sido un empeño de los técnicos que laboran en la CAASD, pero chocan siempre con la apatía de la ciudadanía para economizar agua, o corregir  las fugas domiciliarias o en empresas. Pero los técnicos de la CAASD tienen de frente a los principales violadores para el uso irregular del agua. Ellos son una serie de ganaderos y agro empresarios, que han pinchado las tuberías matrices que vienen de Valdesia, Haina, Duey, La Isabela  y acaso de la Barrera de Salinidad, paraconectarse y tener un agua en abundancia.

 Las personas que cometen esas violaciones están por lo general bien situadas políticamente con el gobierno de turno, pero la mayoría poseen altos rangos militares activos o en retiro, que si se le quitara el agua irían a la CAASD y amenazarían por diversas formas el director de turno. Además están los padres de familia, que también pinchan las tuberías matrices, para servirse  de un agua gratis que necesitan para su subsistencia a cuenta de que no pueden pagarla.

 La decisión de emprender un plan de corrección de fugas es muy laudable. Para esa acción la CAASD debe contar con el apoyo comunitario a sabiendas que la ciudadanía es muy indolente, descuidada y vandálica;  corrección de fuga que se hace hoy, mañana de nuevo está botando agua por esa pasión  incontrolable de la naturaleza de los dominicanos que poco le importa cuidar algo que es del Estado.

 El gran Santo Domingo, con más de tres millones de habitantes, pese a tener teóricamente cubiertas  sus necesidades  de agua,  experimenta en muchos sectores escasez que se refleja por la existencia  de tuberías inadecuadas en sus diámetros, incluso válvulas cerradas y desconocidas desde hace años por parte de los técnicos de CAASD que ignoran su ubicación.

 De ahí que un plan de corrección de fugas está concebido para evitar inversiones astronómicas e improductivas ya  que añadir más agua con tantas fugas en esas tuberías sería botar el dinero. Entonces se debe programar por sectores el ataque a las averías en las tuberías y en los hogares, emprendiendo  acciones valientes y responsables para eliminar los que se han conectado  a las tuberías  matrices de los acueductos. Corregir fugas y cambiar tuberías no requeriría una inversión  superior a los $50  millones de dólares.

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