No pude resistirme a la invitación de mi primo Carlos Contreras y su esposa Matilde, quienes con Carlos Guillermo y Miguel Eduardo en mano vinieron hasta la redacción de HOY para que fuéramos todos a conocer -montaditos en él-, el Metro de Santo Domingo.
Fue como un regalo de año nuevo. Nos montamos y recorrimos el trayecto. Iniciamos en la Parada de Manuel Peña Batlle y de ahí nos dejamos llevar hasta las paradas Juan Pablo Duarte, Juan Bosch, Casandra Damirón, Joaquín Balaguer, Amín Abel, Francisco Alberto Caamaño y Centro de los Héroes.
En camino inverso vinimos desde el Centro de los Héroes y además de las mencionadas, iniciamos el trayecto Pedro Livio Cedeño, Los Taínos, Máximo Gómez, Hermanas Mirabal, José Francisco Peña Gómez, Gregorio Luperón, y Gregorio U. Gilbert.
Dominicanos y dominicanas de valía, cada uno en un determinado contexto, pero que deben ser recordados (no creo que juntos).
Todas las instalaciones y paradas con el natural brillo de las cosas nuevas. El entusiasmo que encontramos en el pueblo que sube, baja y vuelve y baja y sube en los vagones abarrotados produce contagio.
Qué bueno que el pueblo se integra a las virtudes de este nuevo método de transporte y sobre todo, que los empleados públicos y privados puedan llegar en menor tiempo a sus trabajos y en mejor estado de sus cuerpos y de sus mentes. ¡Qué bien!