Una salida
Corazón de Melao

<STRONG>Una salida<BR></STRONG>Corazón de Melao

A  veces ni una misma sabe hasta dónde puede ser impactada por una canción.  No la que se pone una y otra vez en el aparato reproductor, sino ésa que está en el aire, la que suena una y otra vez, sin tomarnos en cuenta ni nosotros a ella.

A veces esa canción que pensamos no escuchamos, de repente se hace presente y descubrimos que tiene un espacio ganado en nuestra memoria de siempre.

En este caso estoy hablando de Danny Daniel, un batallador de mil éxitos, del que nunca compramos un disco y sin embargo…

Le aplaudimos con admiración ganada a fuerza de esas canciones en las que no reparamos y que sin embargo están ahí.

No es el mismo caso de Emmanuel, que más cercano a nuestro paso “de niña a mujer” ocupó parte del espacio dedicado a los ídolos de la juventud.

Sus canciones románticas y su movimiento escénico al estilo cámara lenta con artes marciales llegan rápidamente envueltas en una humareda que acentuaba su mercadeado  misterio.

Así, hablando de canciones y de artistas que se quedan, apostamos peso a moriqueta que Anthony Ríos llena otra vez El Maunaloa esta noche. Esto así, porque existe la necesidad de volver a esas canciones que nos devuelven un ayer mejorado por la capacidad selectiva de nuestro cerebro que guarda casi siempre lo mejor.   En fin, que cada   fin de semana podemos  hacer de  la vida una  vellonera personal, retro o actual.

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