Una salida
La Primera cita

<STRONG>Una salida<BR></STRONG>La Primera cita

Hay que esperarte hasta el jueves, ¿eh Bocelli? Te estoy preguntando mientras no dejo de escucharte con mi Ipod al oído y cantando la canción tuya que me tiene “hallaita”, como diría un amigo a quien tanto le gusta jugar con la palabra que dice “e  quello che mi manca del mare del silenzio mi  manca sai molto di piu”.  Sé que es de Vivere, que me encanta, como tu nuevo disco en el que apelas una vez más a la tradición italiana para cantarnos.

Qué te puedo decir que no te hayan dicho en Italia, donde más te han mimado. O en Europa, o aquí mismo en América. Eres una estrella mundial, me gustaría preguntarte qué se siente. Pero, quizás me remitirías a ese pequeño lugar agrario en que naciste y en el que decidiste, con apenas 6 años, que lo tuyo era la música. Y eso siguió así, aún después que te quedaste ciego a los 12 años.

Eso no te amilanó y hasta estudiaste derecho y seguiste tocando, estudiando y cantando -cantando en bares para pagar sus clases-, ¿quién lo iba a decir de la voz más importante del mundo? Tu historia habla de tu valentía y de tu humanidad excepcional. Te quiso Pavarotti  al que te llevó Zuccero, qué bueno tener maestros y padrinos de tan alta calidad. Tu propia vida es la respuesta.

Ah, gracias por venir a mi país, eres un verdadero lujo por estos lados. Te confieso  que eres mi inspiración cuando necesito elevar mi alma.  Me  gusta escucharte en italiano, se que me falta algo y lo descubro contigo “mi manchi”. Tu voz  lo llena todo.

Más leídas