Una salida
 Los Rosario, todos

<STRONG>Una salida<BR></STRONG> Los Rosario, todos

M e parece conmovedora la historia de Los Hermanos Rosario. Creo que como familia de origen humilde y pueblerino han mandado un mensaje a la sociedad, de que se puede.

Imaginar a sus padres, procreadores de una prole de 18 hijos, desde la inopia, levantándolos y formándolos en valores, es como constatar que los milagros existen y que se pueden palpar aquí en la tierra.

Ellos han demostrado que con un poco de talento y mucha fe, se puede cambiar el curso de la historia. Que con esa fe y talento y mucho trabajo se puede cambiar no sólo sus historias personales, sino la del resto también. Es verdad, que,  les guste o no a uno que otro académico, Los Rosario, fueron los primeros en cambiar el ritmo del merengue.

 Que la tambora dejó de ser to-to-togologodón para convertirse en un sencillo pa-ta-kum-pá.  Que este sonido fue bautizado “a lomaco”, por su primer seguidor, el hermano Ramón Orlando y que todo lo que vino después, vino de ahí.

Es verdad, que, este sencillo sonido hijo de los atabales del campo del Este -y de Higüey-, transformó en lo adelante el merengue.

Hay que reconocerle que siguió su curso y que además de influir la escena local, logró sumar cultivadores internacionales al ritmo.  Decir que sin Los Rosario, no hubiera sido posible que los puertorriqueños tocaran ese merengue “bomba”, acompasado  y “jollao” que tantos adeptos y Grammys logró.  Dejar claro que estos 30, son el reflejo de su éxito.