Una salida
Marca Hippolito

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H ay que ver el orgullo reflejado en la sonrisa tímida y los ojos brillantes de Hipólito Peña para saber que detrás de esa  humildad, hay un hombre grande.

Y es que su grandeza se ha ido forjando a pasito lento, a lo largo de más de 20 años de trabajo forzado y de mucha exigencia personal.

A eso hay que agregar también su buena unión familiar y la intención de sus hijos de contribuir al fortalecimiento de la marca.

 Una marca que es ya orgullo del país, pues sus trajes están al lado de los grandes y otras veces muy por encima.

¿Quién iba a decirle a los good looking de este país que un dominicano -viviendo aquí, no Oscar de la Renta-, iba a establecer una marca de la calidad y precios que tiene la de Hipólito Peña?

 Basta decir que sus trajes hechos a mano están entre los mejores 10 del mundo.  No de aquí o de América, si no del mundo.  Que iba a lograr esa calidad artesanal después de muchos años de maquinarias y aguja.

 Hay que decir que para nadie es un secreto de que aquí las mejores, más lindas e ingeniosas chacabanas y camisas tropicales llevan el sello y el colorido de Hipólito.

Siempre estuvo preocupado por la calidad de las telas, por el corte, por la terminación de los trajes y por mantener satisfechos a sus cientos de clientes -de artistas a presidentes-.

Ahora que sus trajes tienen salida internacional hay que coincidir en que este amigo es un buen ejemplo.

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