Una Seguridad Social no social

Una Seguridad Social no social

PABLO NADAL DEL CASTILLO
Hace un mes empezó en nuestro país el Régimen Contributivo en la parte de salud del Sistema Dominicano de Seguridad Social, parte que según todos los actores del sistema es la más difícil.

No escribimos para quitarle dicha dificultad sino para dar unas ligeras pinceladas a como debe hacerse y moldearse dicho sistema, sin tener que imponer algo por la fuerza, en que los protagonistas son los que ofrecen básicamente los servicios médicos, y aquí el gobierno, los empresarios y los trabajadores son meros observadores, aunque aquí el gobierno tiene un doble rol como trazador de las reglas con las cuales se rige el sistema y el político que desea jugar con los deseos del pueblo.

Aquí ya entramos en ciertas consideraciones de cómo debe ser una Seguridad Social.

– Una Seguridad Social debe de ser consensuada; no puede ser impuesta en ningún caso, pues el querer imponer algo hace que se resientan los actores del sistema. Pero recordemos que cada cierto tiempo debemos cambiar los mediadores, pues éstos, además de su rol, ofrecen ideas y soluciones nuevas e innovadoras, si se quedan los mismos estancamos y paramos las negociaciones.

– Una Seguridad Social no debe de ser política, porque al ser así solo se piensa en los votos y en las próximas elecciones, cosa que el gobierno de turno no debe pensar pues es un sistema que sobrepasará su período de gobierno.

– Una Seguridad Social debe de ser equitativa y asegurar no solo mínimos servicios sino que recibamos el mismo servicio y no perdamos calidad al masificarse.

– Una Seguridad Social aunque queramos nunca será universal ni abarcará a todos, pues por más alcance que tenga nunca cubrirá a la totalidad de la población de un país.

– Una Seguridad Social no debe de ser excluyente de servicios ni en su principio ni nunca, porque si lo hace viola un principio básico que es el de la discriminación.

– Una Seguridad Social debe de ser gratificante, que el ofrecer servicios sea acompañado del calor humano, y no solo del valor del servicio. Acordémonos que al médico o al laboratorista o al empleado administrativo o de seguros médicos de un hospital se le recuerda por la atención desinteresada que ofrece a un asegurado y éste lo recuerda para el resto de su vida dándole gracias por el favor que le hizo y cómo lo trató.

– Una Seguridad Social nos debe dar capacidad para decidir por la mayoría, e indicar procedimiento de salud que mejoren al individuo y no lo atrasen.

– Una Seguridad Social no debe ser arcaica, pues siempre el progreso está a la vuelta de la esquina, y ser abierta a éste es sobre el cual afianzará su desarrollo institucional.

– Una Seguridad Social debe contar con centros que ofrezcan o sean capaz de ofrecer servicios respetables, no afiliar por afiliar ni empezar por empezar, primero se establecen las reglas, y después se empieza el juego. A ningún juego se le cambian las reglas a mitad de juego, pues el resultado será siempre una improvisación.

– Una Seguridad Social debe ser también legal, y en la que todos sepamos nuestros deberes y derechos, así se evitarán reclamos y desavenencias.

– Y como último y no menos importante la Seguridad Social debe de ser humana.

En resumen, para llegar a la verdadera Segura Social es un largo camino, lleno de tropezones.

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