El año 1909 es recordado en España y de manera específica en Barcelona con mucho pesar producto de la huelga originada por el envío de obreros reservistas a Marruecos para combatir en la guerra colonialista que para entonces libraba el otrora imperio español contra su vecino africano. Esta decisión desembocó en una semana de revuelta armada y quema de conventos que la historia conoce con el nombre de la “Semana Trágica”.
Para República Dominicana la última semana de agosto del presente año, contrario a aquella “Semana Trágica” de España, ha sido una “Semana Gloriosa”, en la cual dos grandes temas nacionales han sido desenlazados de manera satisfactoria y cónsona con el interés nacional.
La histórica sentencia evacuada en esa “Semana Gloriosa” por un tribunal de la República, presidido por quien he definido como una heroína de la justicia dominicana, la jueza Alba Luisa Beard Marcos, le devuelve al Estado los terrenos de Bahía de las Águilas. Estos terrenos estuvieron en manos de personas que habían adquirido la propiedad de los mismos en condiciones “fraudulentas”.
Esta “Semana Gloriosa” fue coronada con la aprobación de la ley que declara a Loma Miranda parque nacional. Con esa legislación concluye un ciclo social en materia medio-ambiental que logró integrar prácticamente a toda la nación en una lucha patriótica que tenía como único propósito conservar la virginidad de ese pulmón isleño, insertado en el mismo corazón de nuestra cordillera central y que de acuerdo a informes presentados por instituciones nacionales e internacionales, es un escenario con una amplia biodiversidad bañada por abundantes aguas salutíferas.
En ambos temas encontramos variables comunes que merecen cierta valoración, por ejemplo, los problemas fueron creados por políticos que entregaron los títulos de Bahía de las Águilas y a la vez dieron concesión minera a una multinacional. Por otro lado, ha sido el pueblo con sus reclamos quien ha provocado la devolución de los terrenos en Pedernales y la protección de Loma Miranda.