Una Semana Santa diferente

Una Semana Santa diferente

SANTIAGO.- Es verano, llega Semana Santa  y el sol calienta en todo el país.   El fin de semana es el momento ideal para desconectarse de la rutina y poder dedicarse únicamente a descansar, sencillamente “escaparse”. 

Son muchas las actividades que se pueden hacer en familia, solos o con amigos; desde pasear por nuestra ciudad hasta viajar a lugares diferentes.

Aquí no se vale pensar en lo que se gastaría, -claro que  hay que ahorrar-  piense que la vida es una y que los momentos vividos son los que perdurarán en nuestra memoria, si tiene iniciativa, ¡hágalo!

Nuestro país está lleno de lugares encantadores, tome su cámara, la ropa más cómoda que tenga y diviértase al estilo de  la zona sur en Barahona, llénese de las escenas más cotidianas, así como de historia,  yendo tras las  huellas de la primera ciudad del nuevo mundo, La Isabela, o ¿por qué no?, acomódese al clima templado en Constanza, uno de los lugares más frescos del país. 

Sin lugar a dudas una de las ventajas más grandes que tenemos a la hora de planear un fin de semana diferente es que lo vamos a hacer en nuestra propia tierra, apoyando el turismo interno, que es tan interesante como exótico.

BARAHONA.  

Esta provincia presenta numerosos y diversos atractivos turísticos, como son sus hermosas playas (resaltando las playas Quemaíto, Paraíso,  San Rafael y Los Patos, estas últimas caracterizadas por la coincidencia entre río y mar.

Todas estas playas están protegidas por inmensas montañas de unas tonalidades verdes impresionantes. Una de las atracciones más populares de Barahona es el Polo Magnético, que se encuentra en el tramo que une los poblados de Las Auyamas y Polo, donde es posible ver un automóvil misteriosamente subir una cuesta con el motor apagado y sin que nadie lo empuje.

La carretera 44, a lo largo de la Costa Azul de Barahona, nos ofrece un paisaje único y espectacular en República Dominicana. De un lado, la exuberante vegetación de la selva tropical de la Sierra de Bahoruco y, del otro, las playas que se asoman al agua azul turquesa del mar Caribe a lo largo de este trazado. Juan Esteban, Bahoruco, Paraíso y Enriquillo son algunos de los pueblos pesqueros que se encuentran en la costa.

Puerto Plata. Si decide ir a esta ciudad, recuerde que no solo es  hoteles y playas,  no deje de  visitar   el lugar donde  se cantó la primera misa y se fundó la primera ciudad del Nuevo Mundo:  La Isabela o la Bahía de Luperón.

Un municipio con un valor que trasciende a pesar de estar tan olvidado es La Isabela, catalogada como una de las zonas protegidas más visitadas en el país. La Isabela tiene la importancia de ser el lugar donde se estableció el primer emplazamiento europeo en el Nuevo Mundo, y fue fundada el 10 de diciembre de 1493 por el almirante  Cristóbal Colón, en su  segundo viaje.

CONSTANZA

Reconocida por su clima templado, Constanza es visitada por aquellos que disfrutan de las aventuras ecoturísticas y de exuberantes paisajes montañosos.  Su vegetación alpina ha sido objeto de estudio por científicos nacionales e internacionales, quienes  han tratado de establecer cómo en un país del trópico caribeño existe una vegetación típica de los Alpes europeos.    

Aquí podrá visitar el salto de Aguas Blancas,  una de las más impresionantes cascadas de todas las Antillas.

Otro de los lugares  favoritos para visitar se encuentra en  la zona de Valle Nuevo, específicamente en La Nevera. Se trata del monumento de  Las Pirámides,  construido en el año 1957 por las comunidades de Constanza y San José de Ocoa con motivo de la construcción de la carretera que actualmente lleva el nombre de José Durán.

SAMANA

Samaná es sin lugar a dudas para los amantes del mar adentro y de  lugares paradisíacos.  Aparte de dar  un  paseo por las costas y la ciudad, ir a Cayo Levantado es  darse un baño de imaginación y  alivio al alma.

En la llamada Sierra de Samaná  se encuentra, a unos 300 metros sobre el nivel del mar, enclavado entre las verdes y exuberantes montañas de esta provincia,  el Salto del Limón, donde vacacionar o realizar excursiones, resulta de gran atractivo.

La travesía bien vale la pena, por su extraordinaria belleza y por la tranquilidad que brinda  el entorno donde se aprecia  una vegetación sin comparación.

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