Una sentencia controversial

Una sentencia controversial

La sentencia del Tribunal Constitucional sobre la nacionalidad dominicana obliga a profundas  reflexiones sobre los derechos que asistirían a   aquellas personas que nacieron en el país de padre o madre de nacionalidad dominicana  y  padre o madre de nacionalidad haitiana, independientemente de  la legalidad o ilegalidad de la estada de uno de sus progenitores. Está claro que los hijos de inmigrantes en tránsito no merecen nuestra nacionalidad, pero ¿qué decir de los descendientes nacidos aquí de inmigrantes indocumentados? Ambas condiciones son diferentes.

 Hay muchos hijos de criollo e inmigrante que nacieron aquí, pero no tienen documentos de ciudadanía alguna. ¿Sería legítimo deportarlos? ¿Hacia dónde repatriarlos si no tienen una nacionalidad? ¿Se les puede endosar la violación que cometieron sus progenitores como inmigrantes ilegales? Suponemos que, por razones humanitarias, las víctimas de esa situación adquieren  estatus legal por derecho de consanguinidad.

El Estado dominicano tendrá que determinar dónde, en términos humanitarios, es aplicable esta sentencia en materia constitucional, y dónde contraviene principios  específicos que protegen a los seres humanos de ser convertidos en apátridas. Debe preparar sus argumentos para batirse en las cortes internacionales que defienden los derechos humanos de los inmigrantes.

AULAS CONTRA LA PEOR POBREZA 

Si hay una forma de combatir la pobreza es facilitar los medios para que la gente obtenga la riqueza del conocimiento. Y cuando se construyen escuelas y se facilita el acceso a la enseñanza, sobre todo cuando esto se hace en conglomerados de acentuada pobreza material, entonces se están abriendo caminos hacia mejores condiciones de vida que se derivan del aprendizaje.

De ahí que resulte un gran paso el hecho de que el Ministerio de Educación haya enfocado  su voluntad en la dirección de resolver los problemas de espacio físico para estudios en el sector Capotillo. Con ese propósito ya fue reparado el centro educativo Salomé Ureña y se anunció la construcción de dos nuevas escuelas que sumarán 45 aulas a la disponibilidad de espacio de ese populoso barrio. Abogamos porque la misma diligencia se aplique en otros sectores afectados por falta de cupo para la población estudiantil.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas