Una sopa y un corte de pelo para los ‘sintecho’ malasios

Una sopa y un corte de pelo para los ‘sintecho’ malasios

KUALA LUMPUR. Una sopa y un corte de pelo gratuitos es lo que ofrece a los ‘sintecho’ una cantina popular de Kuala Lumpur, con la convicción de que una buena apariencia refuerza la autoestima y puede abrir muchas puertas.

Indera Abha, sin hogar, tiene dificultades para comprar qué llevarse a la boca con lo que gana gracias a la venta de desechos reciclables que recoge en las calles de la capital malasia. Pero, un corte de pelo nunca está de más.

«Me gusta hacerme cortar el pelo», dice Indera, de 49 años de edad, mientras sus mechones oscuros se van esparciendo por el suelo.

«Me siento bien y es gratuito», añade con una sonrisa que deja entrever una dentadura despoblada. Tijeras en mano, Azmina Burhan, propietaria de una peluquería en Kuala Lumpur, ofrece de manera voluntaria su talento a la «Sopa popular Pertiwi».

Azmina se acercó a esta organización caritiativa en 2010, pero entonces no hacía más que ayudar a servir la comida gratuita. Pero, tras encontrarse a centenares de ‘sintecho’ que no podían permitirse el lujo de un corte de pelo, decidió llevar consigo sus tijeras una vez al mes. En cada oportunidad atiende a unas treinta personas, una cifra que aumenta.

«Para mí, la apariencia es algo muy importante. Queremos tener un buen aspecto, seamos ricos o pobres», afirma esta peluquera, de 26 años.

«Tras cortarnos el pelo nos sentimos bien y tenemos confianza en nosotros mismos», asegura Azmina, quien cree que una buena apariencia puede ayudar a encontrar empleo.

Aunque confiesa que ha sentido rechazo por algunos «clientes», gente que no se ha lavado la cabeza durante meses, nunca ha negado sus servicios a ninguno, y no le gusta para nada el estereotipo tan extendido de que los ‘sintecho’ tienen la cabellera maloliente y llena de piojos.

La mayoría busca sobre todo mejorar su imagen, y algunos le piden a Azmina un corte a lo David Beckham, u otro imitando a alguna celebridad surcoreana del momento, muy populares en el país. Según Pertiwi, unos 1.800 ‘sintecho’ viven en Kuala Lumpur y sus suburbios. Interrogadas, las autoridades no quisieron confirmar esa cifra.

La «Sopa popular Pertiwi» ofrece comida gratuita a unas 700 personas cuatro veces por semana. «Nunca pensé que esto tomara tal amplitud», subraya Munirah Hamid, responsable de la asociación. Azmina busca poder contar en lo sucesivo con un ayudante benévolo para poder enfrentar la demanda, y ayudar a remontar la moral de mucha gente.

«Es muy molesto», afirma Paul Chin, mostrando una impresionantes mata de cabellos grises que adorna su cabeza.

Luego ya no dirá nada más durante un rato, todavía muy contrariado por haber perdido meses atrás su empleo en una estación de lavado de autos. Pero, una vez que las tijeras de Azmina cesan su tintineo, la peluquera exclama: «¡Es un hombre nuevo!». «Ahora, me siento bien», recupera el habla y la sonrisa Chin, al tiempo que se acaricia su cabeza casi rapada.

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