Una tarea interdisciplinaria

Una tarea interdisciplinaria

EFE.  Reportaje. Sergio Ruiz explica que “después de la II Guerra Mundial, la química tuvo un gran auge. La mayor parte de los pintores modernistas murieron entre 1930 y 1940, por lo que no pudieron conocer esos pigmentos que llegaron después de la guerra. En ese caso, determinar que un cuadro es falso, que no corresponde ni a la firma ni a la atribución que le han hecho, es definitivo. Otra cosa es aproximarse a la verdad, eso es mucho más difícil. Es entonces cuando se necesita la colaboración de historiadores y documentalistas en una tarea interdisciplinar”.

Para llegar a conocer la compleja realidad de un cuadro se tienen que compartir los conocimientos de distintas disciplinas a partir de un procedimiento científico, porque “un cuadro es una realidad físico química. Por tanto, los materiales tienen que ser consecuentes con la teórica atribución”, explica Sergio Ruiz.

Ese es el trabajo de este grupo de científicos, a los que cada día acuden más coleccionistas, particulares o pinacotecas, interesados en garantizar el valor de la obra adquirida. “Nosotros investigamos los materiales y comprobamos si realmente pertenecen a la época coetánea al autor”, dice Ruiz.

El profesor Sergio Ruiz es uno de los pioneros en la utilización de una técnica innovadora para la detección de falsificaciones, la espectroscopia Raman, homónimo del físico indio que la descubrió y que aporta información molecular sobre los materiales que se están analizando.

“Con este método se podrían analizar fármacos o cualquier otra cosa, pero en nuestro caso, en la Universidad Politécnica de Cataluña, analizamos información molecular sobre los pigmentos con los que pintó el autor su obra. Cada pigmento apareció en una época y desapareció en otra, y cada época tiene un conjunto de pigmentos característicos, por ejemplo si el azul de Prusia se patentó en 1704, no se pudo emplear en el Renacimiento”.

Raman obtuvo el premio Nobel de Física en 1930, pero no fue hasta finales de los años ochenta cuando la tecnología alcanzó el nivel necesario para poder aplicar el efecto Raman con  láser. Desde entonces comenzó a utilizarse en muchas ciencias, entre ellas la  petrología, arqueología, gemología, etcétera. El profesor Sergio Ruiz lo aplica al mundo de los pigmentos desde el año 1993.

La búsqueda de la molécula de “la verdad”.  Se trata de una metodología fotónica no invasiva, en la que “el láser incide con una frecuencia determinada y la pieza dispersa la misma frecuencia del láser, más otras frecuencias que son propias de las moléculas del pigmento. Cada pigmento tiene su espectro Raman y es inequívoco”. Después, el espectro obtenido se compara con los almacenados en una base de datos de espectros de diferentes materiales pictóricos.

Para Ruiz, “el láser es una tecnología no destructiva porque trabaja con una potencia muy baja que no afecta a la composición química ni al estado de conservación del objeto artístico, mientras que en las metodologías tradicionales, para investigar sobre las obras se arrancaban muestras o se empleaban reactivos, con los que éstas sufrían un deterioro”.

“Es una información muy completa porque cada pigmento corresponde a una molécula química. Si se extrae el espectro de esa molécula ya sabes qué pigmento es.”, explica Ruiz.

Una labor científica que  además aporta herramientas  a la historia del arte.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas