Una terrible admisión

Una terrible admisión

Este lunes toda la prensa trajo un aviso a página completa de la Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales (CDEEE) titulado “Propuesta para Cumbre sobre el Sector Eléctrico”.

A mí me dejó patidifuso. La CDEEE propone “crear la Secretaría de Estado de Energía”. ¿Significará ello que los mismos criterios gerenciales e intromisiones políticas que han destruido la viabilidad del sistema eléctrico nacional, serán también aplicados a cuestiones que sí funcionan como la distribución de combustibles a precios transparentes? ¡Dios nos libre de algo así!

La CDEEE propone “fortalecer la Superintendencia de Electricidad”. ¿Cómo puede fortalecer la CDEEE a la superintendencia cuando ella misma, que debería estar sujeta a la supervisión, se asume como “líder del sector eléctrico oficial”? La simple aplicación de la ley general de electricidad bastaría para que la superintendencia asuma el elevado rol que en derecho le corresponde pero que políticamente le es negado.

Otra propuesta de la CDEEE es “ponderar” cuatro asuntos: la integración vertical, la participación privada en la distribución, la transmisión y la generación hidroeléctrica. Suena bonito, pero esta “ponderación”, si concluyera en hechos, significaría poner patas arriba por completo todo el marco legal vigente, desconociendo derechos adquiridos y “caotizando” el sector, sobre todo si esta revolución implica aumentar la ingerencia de la CDEEE en el negocio eléctrico.

Pero la más asombrosa propuesta es “revisar y formalizar las funciones de la CDEEE como un holding”. Si hace falta formalizar a la CDEEE como un holding, es porque ésta ejerce esa facultad informalmente, como resultado de un avatar político, pero no porque la ley lo dispone así. De hecho y de derecho, antiguas unidades operativas que según la ley son empresas separadas padecen todavía el asfixiante abrazo de la CDEEE, renuente a recogerse en el limitado rol que la ley le concede. ¡Qué terrible admisión ha hecho la CDEEE!

Si esta propuesta de la CDEEE la hiciese un funcionario nuevo o recién llegado, quizás generaría entusiasmo o esperanza. Pero la CDEEE lleva los últimos cinco años con el mismo liderazgo y si ese reinado se acabara hoy su legado sería bastante triste y oscuro.

Para respetar la ley no hay que destruirla ni rehacerla como un traje a la medida. Al país le hacen falta menos cumbres y más funcionarios cumplidores. (¡Y no dije ni “ji” del tollo financiero!)

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