Una terrible enfermedad

Una terrible enfermedad

El acto en que un  hombre mata a su pareja o ex pareja, a veces hasta a los hijos procreados en la unión y luego se suicida se ha repetido en este país, poniendo de manifiesto una enfermedad social que debemos enfrentar con determinación. El asesinato  de Raquel Saviñón Guaba, sus dos hijos y el suicidio del autor de este crimen es una reedición de sucesos similares que se han dado en nuestra sociedad. Es difícil adentrarse en una mente desequilibrada por la pasión para prevenir un acto de barbarie, pero de alguna manera tenemos que hacerle frente a tan desgarradoras manifestaciones para tratar de evitar su ocurrencia.

Llama la atención el hecho de que en nuestro país los índices de violencia de género superan los de otras naciones con características sociales, económicas y culturales similares a las nuestras. Para tener éxito en la  prevención hay que empezar a trabajar en el hogar y  en la escuela para forjar valores que pongan en alto la necesidad de preservar la unidad familiar y aprender a encontrarle a los conflictos de pareja soluciones menos desgarradoras. No solo habría que rediseñar la educación hogareña y escolar, sino también  mejorar, en la medida de lo posible, la  respuesta de las autoridades a  los conflictos de pareja que les sean expuestos, sobre todo las amenazas conyugales. Hay una terrible enfermedad social y tenemos que combatirla.

Hay que buscar un acuerdo

El debate por reajuste salarial se ha prolongado más de lo necesario y prudente, pues de su necesidad están convencidos Gobierno, empleadores y, por supuesto, los asalariados, que ven cada día más atrofiado su poder adquisitivo. Desde la matemática empresarial hay cerrazón porque se insiste en  ver el salario como un simple factor de costo y no valorarlo como retribución por la producción de riqueza a través del esfuerzo y el talento humanos.

Los tiempos han demostrado que para que las empresas puedan ser competitivas es necesario hacer competitivo el recurso humano, incluyendo el aspecto de la paga, que es determinante en la calidad de vida, en la capacidad de adquisición. Creemos que ya es tiempo de llegar a un acuerdo que permita un reajuste salarial digno que, reiteramos, es visto por patronos, trabajadores y Gobierno como una necesidad real. Tanta negociación no  pueden diluirse en una insensata cerrazón.

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