Hoy 
Los resultados de la encuesta Gallup-Hoy publicados el miércoles por este diario, ponen a disposición de los planificadores oficiales la magnitud en que los dominicanos perciben que 17 dificultades, y particularmente cuatro de ellas, están afectando sus vidas.
Un 65 por ciento de los consultados entiende que el problema más agobiante es el alto costo de la vida, un 46,4 plantea que los apagones, un 46,2 indica que la delincuencia es el peor mal que aqueja al país en estos momentos, y un 42.8 enfoca hacia el desempleo.
Una percepción dominada por porcentajes tan elevados de la muestra que ha servido de base a la encuesta debería merecer bastante atención oficial.
El deterioro de la calidad de vida de los dominicanos ha sido responsabilidad de un puñado de inconvenientes que, lejos de ser resueltos por las autoridades, se han ido agravando con el tiempo. La pérdida de poder adquisitivo de los salarios y las alzas de precios por un lado, el crítico suministro de electricidad, una delincuencia cada vez más desafiante y el desempleo son un detonante social que hay que manejar con cuidado y a tiempo.
Los porcentajes de la percepción de la gente sobre estos males no solo reflejan un sentimiento de los encuestados, sino fundamentalmente el nivel de fracaso de las políticas oficiales para encarar estos problemas.
Alarma sanitaria en La Ciénaga
Varios casos de trastornos gastrointestinales detectados en La Ciénaga han activado la alarma sanitaria por sospecha de que podría tratarse de cólera. La autoridad sanitaria, que ha ganado reconocimiento por la forma que ha manejado la epidemia de cólera infiltrada desde Haití, hace lo que corresponde para aislar el problema y tratar a los afectados con la premura que demanda esta patología.
Pero la tarea preventiva no es solamente de las autoridades. Es también responsabilidad de los residentes en el paupérrimo sector, que deben comenzar por extremar la higiene personal y de manejo de alimentos y agua en cada hogar. Salud Pública y otras instancias deberían proveer agua potable y otras facilidades para la higiene.
Cada habitante del sector debe ser un agente multiplicador de las medidas de prevención.
