Una vía de ensueño: de Piedra Blanca a Rancho Arriba

Una vía de ensueño: de Piedra Blanca a Rancho Arriba

Los 30 kilómetros de la vía desde Piedra Blanca a Rancho Arriba, que hasta hace pocas semanas era una odisea transitarlo y que afectaba los grandes negocios agrícolas de ese valle intra montano, es cosa del pasado.
Ahora en una excelente vía de un asfaltado de primera y con cuidado de los rellenos y taludes con modernas estructuras de hormigón. También con novedosas protecciones de las laderas con gramas plantadas y seguridad para su adherencia, garantizando la permanencia de la misma y para que las lluvias no erosionen de mala manera los taludes. Así se evitan la producción de aludes mortíferos que afectarían la seguridad.
El Gobierno le entregará al país, y a los moradores de la zona, una vía moderna y expedita de llegar a Rancho Arriba y otros destinos, en especial a los centros de producción agrícolas. Las estructuras de los grandes invernaderos ocupan una buena parte de la planicie bañada por el río Nizao.
La obra de ingeniería enfrentó grandes desafíos, que gracias a las técnicas modernas de la construcción de carreteras y la disponibilidad de un buen parque de equipos de todo tipo, se resolvieron satisfactoriamente. De esa manera a la vía se le dio una seguridad increíble para una carretera de montaña con fuertes pendientes. El usuario no se siente abrumado por los precipicios al borde de la vía, ni por las pronunciadas pendientes existentes.
La belleza de los paisajes y contemplar el caudal de los ríos Maimón y Los Plátanos pueden ser disfrutados en los dos miradores que ha dispuesto el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones. Aun cuando la ruta es corta, permite recuperarse en esos miradores de la impresión del ascenso de la Cordillera Central desde Piedra Blanca. La vía cuenta con un tercer carril de subida en el tramo más inclinado, permitiendo que los vehículos livianos no se vean obstaculizados por el tránsito pesado de los camiones que hacen uso de la vía para el traslado de sus mercancías desde o hacia Rancho Arriba.
Al individualizar el acceso a la nueva ruta, desde la autopista Duarte del otro elevado construido en el cruce de Piedra Blanca con la carretera a Maimón, permite el flujo vehicular, sin cruzar por las estrechas calles de la población. Ese elevado tipo trompeta, conjuntamente con el de la autopista Duarte, son dos obras complementarias de gran trascendencia y revela de cómo la producción agrícola de Rancho Arriba reviste importancia para la economía nacional.
Los que llegan a Rancho Arriba por primera vez, se asombran por un dinamismo económico que se observa de inmediato por la abundancia de los vehículos utilitarios de los últimos años, por los negocios instalados, varias sucursales bancarias, la siembra modelo de café de Induban, la buena señal de los celulares y la abundancia de los invernaderos.
Ya en la década del 50 del pasado siglo se estudió un sitio de presa más arriba de Rancho Arriba y de Los Quemados, pero un breve estudio de factibilidad económica determinó que era incosteable, y se descartó.
El otro tramo, de Rancho Arriba a San José de Ocoa de 30 kilómetros, ya tiene intervenido, y en proceso de reconstrucción, unos 15 kilómetros. Solo confrontará problemas con una loma de material inestable que obligará a realizar un corte muy pronunciado para lograr un talud sin riesgo de deslizamientos. Esto conlleva realizar un gran movimiento de tierra. Previo a ese trabajo ya se está preparando un desvío utilizando el lecho del río Nizao. Este trabajo debe estar terminado para antes que lleguen las lluvias en mayo venidero. Pero ahora con el cambio climático no se sabe si tal fenómeno atmosférico se producirá como era lo esperado por los campesinos para realizar sus siembras.
Este magnífico enlace vial, hasta la carretera Sánchez desde Piedra Blanca, nos permite hablar de una carretera Cibao-Sur, con la ventaja que conlleva de no transitar por vías de pronunciadas pendientes, tal como es la carretera a Constanza vía Casabito. También figuró en el tapete del gobierno la carretera desde San Juan a Santiago, que conllevaba una destrucción de amplias zonas boscosas de la Cordillera Central. Fue desestimada a tiempo y no se cometió la locura de construir un elefante blanco vial.

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