Una visión crítica de la UASD actual

Una visión crítica de la UASD actual

El Estatuto Orgánico – art. 6 – de la Universidad Autónoma de Santo Domingo dice que la visión de la misma es “ser una institución de excelencia y liderazgo académico, acreditada nacional e internacionalmente con un personal docente, investigador, extensionista de alta calificación, creadora de conocimiento científico”. Nos preguntamos ¿Cómo comprobamos esto? ¿Cómo se mide la excelencia? La opinión pública recientemente estuvo en “shock” porque pudo medir la triste performance de la salud pública del país: nueve infantes muertos en un fin de semana. ¿Cómo podemos medir la eficiencia de la Universidad en la formación científica de los jóvenes que egresan revestidos de títulos como abogados, médicos, ingenieros, maestros que los acredita para actuar en nuestra sociedad, “ser excelentes, científicos y eficaces? como lo dicen los estatutos.

Los cambios en la forma de aprender y enseñar que afectan a los profesores universitarios en ejercicio, están acentuando mi idea de que la brecha digital y la actualización diaria son los responsables de las grandes desigualdades y atrasos que observamos, en nuestras aulas, día a día, y esa nueva y reciente responsabilidad recae en las autoridades de la UASD. Ellas deben entender que su función primordial hoy es reducir la brecha digital (ayer ricos y pobres) esa marcada desigualdad que produce aislamiento, atraso, desfaz, ignorancia en gran parte del estudiantado y del profesorado. Hoy debemos modernizar las aulas, dinamizarlas con la “globalización del conocimiento, al instante y en cada aula”. Y para ello, se debe entender que es el derecho a aprender de nuestros alumnos, que está en juego: una formación dirigida a asegurar un aprendizaje de calidad, comprometida con la innovación, renovación y la actualización que implica entrar de lleno en el mundo digital para superar el tradicional aislamiento que caracteriza a la profesión docente. Una formación que consolide un tejido profesional a través del uso de las redes: en definitiva, una formación que contribuya a re-profesionalizar la docencia frente a aquellos que pretenden simplificar la complejidad del acto de enseñar. La humanidad ha entrado en una nueva era afectando nuestra forma de vivir, de comunicarnos, de trabajar y de aprender, que provocó el declinar de la familia nuclear, el incremento de la diversidad cultural, la compresión del espacio y el tiempo y que nos obliga a cuestionar “esa visión” que no lo dudamos un minuto, no puede alcanzar nuestra Universidad en la actualidad.

 

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