Una visión de largo plazo para rescatarla

Una visión de largo plazo para rescatarla

Desde su peatonización, la calle Del  Conde, otrora estandarte de la libertad de pensamiento y el debate político,  donde se citaban las personalidades más preclaras del pensamiento nacional, donde se encontraban los comercios más representativos  de la ciudad capital, ha venido presentando un grave declive tanto en la calidad de la oferta como en el uso  de los clientes y ciudadanos que la frecuentan.

La pregunta surge: ¿qué ha pasado entonces? Varios factores se pueden considerar: el económico, la falta de visión de desarrollo local; el inmobiliario y el de gestión.

El aspecto económico se ve reflejado en la oferta, que viene a generar un costo de transacción alto para los consumidores. ¿Si voy a la calle El Conde, encuentro todo lo que necesito y con calidad? Lo que se encuentra,  con varias excepciones, es una oferta compuesta por bienes inferiores de baja calidad, precios que no se corresponden y mala presentación.

Para una persona de ingresos medios, el costo de oportunidad resulta elevado si necesita varios artículos, ya que tendría que desplazarse a otros lugares para encontrarlos. Esto provoca que los consumidores potenciales sean aquellos que no pueden realizar grandes compras o al menos comprar artículos de precio medio dado su bajo poder adquisitivo.

¿Están conscientes los empresarios de la calle El Conde de que ésta juega  un papel importante en el desarrollo local y la vida del “Gran Santo Domingo”?

La dinamización económica de la vía peatonal incide directamente en el entorno inmediato a esta. En la actualidad los nuevos negocios que se encuentran en la calle y los que alimentan la vía no pasan de la apertura en el ciclo de vida. El criterio de ornato, animación urbana, seguridad y uso de suelo de las propiedades, no solo debe depender de las autoridades locales. Los empresarios deben tener la visión de impulsar políticas que vayan en beneficio de la zona, porque ellos son los principales beneficiarios. ¿Cuántos segundos pisos han estado vacíos durante años? Increíblemente, El Conde se convierte en  una zona dormitorio después de las nueve de la noche, se transforma en una especie de “sodoma’s land”, tornándose excluyente. 

La ciudad es un ente vivo que se genera cada día y, por lo tanto, debe reinventarse, debe ser participativa.

La competitividad es lo que debe mover a cada empresario de este tiempo, ya que esto se traduce en mayor calidad de la oferta y el servicio  que ofrecen a la ciudadanía. ¿Como podrá competir la calle El Conde con la avenida Duarte? Los empresarios de la avenida Duarte se interesaron  en generar un cluster y complementarlo con el rediseño y aprovechamiento del entorno y esto les ha permitido relanzar la arteria. No obstante, estas dos calles importantes se ven amenazadas por el desarrollo de la zona oriental que, con la construcción de hiper plazas como Megacentro, logran combinar una oferta variada que incluye textiles, calzados, belleza, electrodomésticos, telecomunicaciones, abastecimiento, comida rápida, bares y hasta universidades. Este centro retiene a una gran cantidad de público que antes se desplazaba a buscar lo ya mencionado al centro de la ciudad.

Los espacios geográficos deben convertirse en marcas, deben aplicar el branding, la estrategia de place brand o marca lugar. Los empresarios deben diseñar lo que ofrecerán  al público en el espacio geográfico que gestionan y dar a conocer qué les hace diferentes.

Es aquí donde entra el factor inmobiliario. El uso de suelo lo autoriza el Ayuntamiento del Distrito Nacional, sin embargo, en los últimos cinco años, propiedades que albergaban las tiendas más importantes se han transformado en pequeñas plazas subdivididas en locales comerciales pequeños que pagan un alto alquiler que, junto al pago de la energía eléctrica y el personal, hace imposible su duración por más de un año, ya que los altos costos operacionales les hace colapsar. Esta tendencia en vez de beneficiar comercialmente a largo plazo a la calle, le perjudica y quien se lleva la mejor partida es el dueño del local con el cobro del alquiler.

El interés colectivo debe primar sobre el individual.  Evidentemente la calle El Conde ha ido muriendo con sus pioneros comerciantes y asimismo vemos los escaparates. La intervención inteligente  de este espacio, con visión de largo plazo es urgente.

Los espacios públicos abandonados a su suerte también generan exclusión, sobre todo cuando no pueden ser aprovechados y disfrutados por los ciudadanos de todos los estratos.

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