Una visión nueva para un año nuevo

Una visión nueva para un año nuevo

POR CLAUDIA  HERNÁNDEZ DE ALBA
En el principio Dios dijo “!Sea la luz!”. Como operó en el mundo físico, así también opera en el mundo espiritual. Dios desea pronunciar esas palabras en lo profundo de nuestro corazón. En cada rincón de nuestra mente: “Sea la luz”. Haya claridad sin confusión, sin sombras. Solamente en la medida que vemos, solamente en la medida que conocemos,  podemos participar con Dios en su vida y en su Reino.

En el mundo natural y en el mundo espiritual la provisión de Dios es luz. En el mundo natural vemos la luz inundando todo de por si, pero en el mundo espiritual necesitamos escoger, necesitamos buscar  y ¡encontraremos!

Desde el principio el enemigo ha atacado la obra de Dios, ha venido para robar, matar y destruir. La batalla cataclísmica de los siglos entre la luz y la oscuridad ha sido peleada sobre el campo del combate de generaciones. Las fuerzas de los poderes eternos han encontrado un punto de conflicto en las almas de los hombres. ¡Como el enemigo ha frustrado los esfuerzos del hombre desde el comienzo en huerto de Eden! ¡Como la fuerza inventiva del hombre ha sido canalizada hacia el mal! Se logró fundir el metal- y el hombre hizo armas de guerra. Los estribos fueron inventados- y el imperio Romano cayó delante de jinetes que ahora podían pelear sin caerse del caballo. Los explosivos fueron inventados y dedicados a la guerra. La maquinaria fue inventada y en lugar de mejorar la vida de los obrero trajo barrios pobres, condiciones de trabajo opresivas, miseria y todos los vicios que la congestión y la injusticia acarrean. Hoy el abuso de las riquezas y la opresión del hombre por el hombre continúa.

La oscuridad siempre ha buscado vencer la luz y ha tenido tan gran medida de éxito debido a que el estado natural de este mundo es oscuridad. Mientras la luz requiere un administrar constante de energía para iluminar, la oscuridad es solamente la falta de esa energía. Aquel que habita en oscuridad es ciego no porque le falte la capacidad de ver sino porque le falta iluminación. Hermosa es la promesa: “Sus misericordias son renovadas cada mañana” y su luz es parte intrínseca de su misericordia, ¿Has pensado en la luz del sol? La luz y el calor que hoy recibimos de él no es  la luz y el calor que recibimos ayer. Son nuevos cada día, cada momento. A cada instante se producen en ese astro nuevas emanaciones, llamas, explosiones que nos iluminan y entibian.

Así es Dios, firme, inconmovible, pero no estático. Él es fuente y como padre fiel se goza en prover a cada hijo que le busca con misericordias renovadas, con el plan de cada día, la luz de cada día… iluminando y transformando el hombre interior.

Creo que mientras amanece este nuevo año ya es tiempo de volvernos a Dios buscando esa nueva visión y nueva luz que Él desea entregarnos.

Jesús dijo “Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia”, donde Cristo está existe solamente vida se va toda imposibilidad absoluta, y toda desesperación absoluta y en su lugar en Él tenemos vida, luz y plenitud absoluta ¡El inmensurable, eterno rebozar de abundancia!

Él vino a la ausencia de todas las cosas y trajo la plenitud de todas las cosas.

“Si alguno está en Cristo…todas las cosas son hechas nuevas.” 

Los seguidores de Dios deben morar en un lugar, un estado, una condición, que está mas allá de cada cosa pequeña. Mas allá de cada cosa terrenal. Mas allá de cada cosa que ministra a la carne.

Somos llamados desde algo y hacia algo. Dios no viene a nosotros sólo para ministrarnos y prosperarnos como seres terrenales, sino que Dios nos llama desde lo terrenal hacia la esfera celestial. Él viene para que podamos hallarnos a nosotros mismos y los cimientos de la vida y el propósito de su creación hacia la esfera celestial.

Llegar al lugar donde todas nuestras mañas y complejos, todos nuestros esfuerzos y ambiciones, todos nuestros conceptos y valores y todas las “cosas viejas” han pasado y todas son hechas nuevas.

Que Dios nos ayude en este nuevo año a permitir que su luz conduzca un nuevo examen de todo lo que nos rodea, adentro y afuera de la iglesia, adentro y afuera de nuestro ser.

 Que todas las cosas, todas las personas, todos los mensajes, todas las acciones sean traídas a la luz de Dios para que allí veamos la luz de la vida y la senda puesta delante de nosotros.

Que seamos este año aquellos que ven y “siguen el cordero donde quiera que Él vaya”.

Dios les bendiga!

Claudiahdez_07@hotmail.com, www.ministeriodiaconisa.blogspot.com

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