Washington, (EFE).- Las elecciones primarias en EEUU, en las que se decidirá quién de los ocho actuales aspirantes será el candidato presidencial republicano para 2012, se prometen tan reñidas que incluso se disputan las fechas en que deben celebrarse.

Las primarias, en las que los candidatos compiten por sumar votos y donantes, sirven para marcar las tendencias electorales en ambos partidos de cara a los comicios del 6 de noviembre de 2012. Los estados que dan el pistoletazo para el proceso de primarias y «caucus» (asambleas de miembros del partido), son los que logran sentar las pautas y acaparar una mayor cobertura mediática. De ahí la fiebre por modificar el calendario, algo que, según sus críticos, tiende a favorecer inmerecidamente al candidato con más dinero y mejor organización de campaña y no al aspirante con mejores credenciales.

La tradición dicta que si Iowa comienza el proceso de nominación, Nuevo Hampshire prácticamente lo termina, porque sólo los candidatos más fuertes consiguen suficiente apoyo, en votos y fondos, para continuar en la contienda. Con aspiraciones a un mayor trozo del «pastel» mediático y mimos de los candidatos, Florida fue el primero en dar el revolcón en un calendario de primarias que tradicionalmente inaugura Iowa, el primer estado que celebra su «caucus», seguido de las primarias de Nuevo Hampshire.

El mes pasado, Florida anunció que celebraría sus primarias el 31 de enero, más de un mes antes de lo que estaba previsto inicialmente. Poco dispuestos a dejarse adelantar, otros estados tempraneros en el calendario anticiparon también sus fechas a enero. Carolina del Sur las colocó el 28 y Nevada, el 14. Iowa reaccionó asimismo con el anuncio de que su caucus será el 3 de enero, apenas concluido el receso navideño. Lo cual crea el problema de Nuevo Hampshire.

Su ley estatal obliga a que sea el primero que celebre unas primarias -el caucus de Iowa no se considera, a ojos de este estado, una elección equivalente- y al menos siete días antes que el resto. Con ello, a ese estado le quedan muy pocas opciones. Una de ellas, que asegura que no descarta, es adelantar su cita electoral a diciembre, una posibilidad que llena de pánico a candidatos, sin tiempo para completar sus preparativos, y periodistas, que se ven sin vacaciones navideñas.

La posibilidad más realista dicta que Nevada rectifique y retrase sus propios comicios. Todo dependerá del voto que realice este sábado el comité central del Partido Republicano de Nevada, para decidir si cambia o no la fecha incluso para febrero. Un creciente número de republicanos apoya que el caucus se realice el 4 de febrero, según fuentes del partido.

Tal ha sido la discordia, que el ex gobernador de Utah y uno de los candidatos en liza, Jon Huntsman, se ausentó del debate del martes en Nevada y, junto a otros cuatro candidatos, piensa boicotear su «caucus», en señal de solidaridad con Nuevo Hampshire.

El ex gobernador de Massachusetts, Mitt Romney, y el gobernador de Texas, Rick Perry, que lideran en las encuestas, y el legislador tejano Ron Paul, se han negado a sumarse al boicot contra Nevada. Eso podría acarrear un riesgo político para Romney, que durante mucho tiempo ha aventajado a sus rivales en Nuevo Hampshire y goza del apoyo de decenas de influyentes líderes estatales.

El presidente de la asamblea estatal de Nuevo Hampshire, William O’Brien, ha advertido de que Romney, «podría llevarse una sorpresa» desagradable. El principal diario de ese estado, «The Union Leader», acusó el martes a Romney de «estar dispuesto a sacrificar» un proceso institucional como las primarias «para su propia ventaja política».

Las primarias son parte clave del proceso electoral en EEUU porque proveen a los candidatos una plataforma para acercarse a los votantes y defender sus propuestas, además de que ayudan a eliminar a quienes tengan menos probabilidades de obtener la candidatura del partido. Contrario a las primarias, en los «caucuses» los votantes no seleccionan a un candidato sino a los delegados que representarán a ese estado en la convención nacional del partido, en la que se presenta formalmente al candidato.

Después de las primarias de Nuevo Hampshire, otras de gran impacto político son las del llamado «súper martes», realizadas en marzo y en las que participa buena parte de los estados del sur y occidente del país. EFE