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Buenos Aires, Unasur se fortaleció con los rápidos reflejos que demostró ante la crisis en Ecuador y puso en evidencia que es capaz de superar diferencias ideológicas para impedir precedentes antidemocráticos en la región, dijeron analistas este viernes a la AFP.
«Lo que vemos es una Unasur fortalecida sobre todo por la velocidad con que que enfrentó la crisis y la disposición, incluso, de los presidentes de viajar a Ecuador en caso de que fuera necesario», dijo el profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Buenos Aires, Edgardo Mocca.
El especialista destacó además que el bloque, que se reunió de urgencia la madrugada del viernes en Buenos Aires, «está en condiciones de ocupar el centro de la escena cuando se trata de defender la democracia».
Insistió en la importancia de que el organismo sudamericano se consolide y señaló que «antes la región esperaba las reacciones de la Organización de Estados Americanas (OEA) y de Estados Unidos cuando había problemas». «Ahora, cada vez más, Unasur muestra a América latina como un sistema político único que tiene una clara noción de la defensa de las instituciones democráticas», agregó Mocca.
El sociólogo Gabriel Puricelli, coordinador del Programa de Políticas Internacionales del Laboratorio de Políticas Públicas, coincidió en destacar que el encuentro en Buenos Aires de siete jefes de Estado del bloque se produjo a escasas horas de producida la rebelión policial y el secuestro del presidente Rafael Correa.
«La rapidez que tuvo Unasur es sorprendente porque no es común en ningún mecanismo regional que en horas se reúna una cumbre presidencial. Esto es muy destacable.
No se me ocurren ejemplos de este tipo», dijo Puricelli. El sociólogo señaló que «es la tercera crisis de importancia en la que interviene el grupo en su corta vida (Unasur se constituyó en mayo de 2008) y siempre tuvo un rol benéfico». Además de la situación en Ecuador, Puricelli se refirió a la crisis entre Colombia y Venezuela de este año y a la instalación de bases de Estados Unidos en Colombia en 2009.
«Es notable cómo prima el interés nacional de cada país y se vuelve totalmente trivial la ideología de los gobiernos», dijo Puricelli y apuntó que «todos los países entendieron que, al margen de su color político, estaba en juego el interés nacional de que no haya precedentes antidemocráticos en la región».
Para Daniel Filmus, presidente de la comisión de Relaciones Exteriores del Senado argentino, «lo nuevo en América latina es que hay una decisión de que los problemas de la región se resuelvan en la región».
Destacó además que mientras la OEA «tuvo una reacción mucho más lenta», la Unasur tuvo «una reacción concreta y real al amenazar con la ruptura de relaciones ante la ruptura institucional» en Ecuador.
«Si no se respeta el orden democrático, habrá ruptura diplomática y comercial porque muchas veces detrás de estos episodios hay grandes corporaciones económicas que tienen que saber que si apoyan los golpes van a lesionar sus propios intereses», advirtió el senador oficialista y ex ministro de Educación.
El legislador consideró «decisivo que el bloque supere diferencias ideológicas porque más allá de la ideología de cada gobierno, que no será lineal por la alternacia democrática (…), Unasur ha llegado para quedarse y la voluntad de sus integrantes es vivir en democracia».
Mocca señaló que la llegada al poder de los presidentes Sebastián Piñera en Chile y de Juan Manuel Santos en Colombia cambiaron el perfil de Unasur, en el que gravitaban los gobiernos de centroizquierda de países como Venezuela, Ecuador, Argentina, Uruguay y Brasil.
De todos modos, destacó que Santos «tiende a comprender mejor la realidad del sistema político de América del sur que su antecesor, Alvaro Uribe. También es consciente de que contraponerse a esa corriente de unidad podría volverse en su contra», añadió.
Una sublevación policial se desató el jueves en Quito y Correa estuvo secuestrado durante horas en un hospital hasta que fue rescatado por el grupo de operaciones especiales (GOE) de la policía y por militares.
