UNESCO ve educación como reto

UNESCO ve educación como reto

PARIS (EFE).- La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) celebró ayer oficialmente su sexagésimo aniversario con la vista puesta en los retos del futuro, entre los que destaca el fomento de la educación como factor de desarrollo y superación de las desigualdades.

   La conmemoración coincide con el período de sesiones de la XXXIII Conferencia General, máximo órgano de la UNESCO y que se reúne cada dos años.

   Los delegados hicieron un alto en sus debates en la tarde de hoy, miércoles, para evocar seis décadas de trabajo de la Organización en un mundo que ha cambiado, aunque parte de los problemas actuales son los mismos de entonces.

   La UNESCO nació formalmente el 16 de noviembre de 1945, cuando representantes de 37 países firmaron en Londres el acta de constitución de esta agencia de la ONU, pero entró en funcionamiento un año más tarde, después de que el tratado fuera ratificado por veinte países.

   El conflicto bélico mundial de 1939 a 1945 alimentó en las intenciones de los fundadores el deseo de establecer un sistema internacional que evitara tragedias de ese tipo.

   «Las guerras nacen en la mente de los hombres. Es en esas mentes donde deben erigirse los baluartes de la paz», dice el acta de constitución de la UNESCO, que no siempre ha tenido una vida fácil.

   Países fundadores, como Estados Unidos o Gran Bretaña, se retiraron en protesta por la gestión de la Organización en los años 80, aunque luego volvieron y aún en ocasiones las posiciones del organismo suscitan dudas y reticencias en las naciones.

   En el haber quedan numerosos programas de fomento de la instrucción en muchos países, tratados que han marcado hitos en la protección de la cultura y el fomento de la ciencia y campañas como la desarrollada en los años 60 para salvar varios templos del Antiguo Egipto, amenazados por las aguas por la construcción de la presa de Asuán.

   En 1972 fue aprobada la Convención sobre la Protección del Patrimonio Cultural y Natural Mundial, que incluye un comité encargado de seleccionar monumentos, paisajes u obras que gozan de una especial protección.

   Una de ellas es la «Novena Sinfonía», de Ludwig van Beethoven, que, interpretada por la Orquesta de la radio de Fráncfort, sonó hoy en la sede parisina de la UNESCO para realzar una conmemoración en la que tomó la palabra el actual director general, el japonés Koichiro Matsuura, el noveno responsable en sesenta años de historia.

   «La UNESCO es la lucha constante contra la barbarie», dijo Matsuura, que animó a los socios a actuar para ampliar la concordia en «un mundo plural, en el que la armonía debe trascender las diferencias. Nuestra misión es salvaguardar la biosfera, el respeto a la justicia y el combate por los derechos fundamentales y contra la pobreza, la discriminación y los prejuicios».

   La celebración contó con la presencia de dos jefes de Estado, el alemán Horst Kohler y el afgano Hamid Karzai.

   El líder afgano dijo que la UNESCO no ha triunfado plenamente porque sus objetivos son hoy tan vigentes como hace seis décadas, al mantenerse en muchas zonas del mundo la violencia, el hambre o el analfabetismo, pero subrayó la «dimensión ética» de la Organización y su condición de «actor mundial para la promoción de la paz y el desarrollo».

   Karzai animó a considerar que esos fines se logran gracias a la implicación de los pueblos y no sólo de los Gobiernos y llamó a la cooperación en esa línea.

   Por su parte, el alemán Kohler habló acerca de la importancia de defender la dignidad de los seres humanos a través de la preservación de la diversidad cultural, el fomento de la cooperación entre Estados y la lucha contra la pobreza.

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