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PARÍS, EFE. Jornada optimista y ultrafemenina en las pasarelas de París, donde Ungaro, todo volantes, colores incienso, lilas, fucsias, rojos fulgurantes y escotes sugestivos presentó en su colección pret a porter para el otoño invierno 2004 2005.
Giambattista Vally, director artístico de esta segunda línea de la firma, cuyo fundador ejerce únicamente en la alta costura desde hace ya unos años, dio preponderancia al vestido escotado y a las faldas ajustadas construidas para subrayar de manera especial las caderas, al estrecharse bajo la rodilla.
Como en las colecciones invernales presentadas en Nueva York, la silueta de Ungaro verá alargarse algunas de sus faldas y, entonces se cerrarán en torno a las piernas con diversos efectos decorativos, del volante a la puntilla ligeramente sobresaliente.
La cintura, en cambio, podrá descender hasta la cadera, en forma de lazo rosa o celeste de satén para cerrar y adornar con un toque de fiesta y de noche un abrigo corto de piel de pantera o leopardo.
Vally se unió con éste y otros modelos presentados a la tendencia marcadamente piel del próximo invierno, cuyo éxito podía ya contemplarse entre el público que asiste a los desfiles y que lucía ya abundantes abrigos y prendas de estampados similares, como también acaba de proponer Dior y como hoy mismo sugirió Stella Cadente, también en el Carrousel del Louvre.
En su caso con un vestido de escote palabra de honor, sujeto también en las caderas, sobre unas medias de pequeñas rayas horizontales.
Con Ungaro, por supuesto, sus propuestas se llevarán sobre zapatos de alto tacón, verdaderas pequeñas joyas, a veces con incrustaciones de piedras en su superficie.
Pantalones, de talle bajo, estrechos, mayormente, a menudo terminados sobre los tobillos o, incluso, algo más arriba, lejos aún, en todo caso, de esa feminización en curso en algunas pasarelas neoyorquinas, donde empezaron a volverse anchos y fluidos.
Más allá del aspecto austero con el que Jean Paul Gaultier presentó sus ideas, sumamente comerciales eso sí, para la próxima temporada invernal, Ungaro hizo reinar el color, la voluptuosidad y la fluidez.
