Ungüentos amarillinos

Ungüentos amarillinos

Todos los dominicanos “de alguna edad” saben de la existencia de la popular “Crema Perlina”. Este producto cosmético se vendía en las farmacias en un frasco transparente; la etiqueta llevaba la imagen de una mujer de raza blanca, con aspecto de actriz de la “Belle Époque”. Antes de aplicarla sobre la piel era necesario agitar el recipiente, pues una substancia blancuzca se asentaba en el fondo. Al removerlo, las partículas blancas se distribuían de manera homogénea en el líquido en el que estaban suspendidas. Era llamada “La crema que más embellece a la mujer”. Se mercadeaba bajo el lema: “blanquea y embellece el cutis”.

Hace varias décadas este producto era fabricado en Santiago por Laboratorios Unidos Caridad, de la empresa J. M. Hernández C. por A. Las mujeres dominicanas, de cualquier clase social, usaban la crema para parecer más blancas. “Indias claras”, “trigueñas”, mestizas y mulatas, utilizaban esa “maravillosa” crema blanqueadora. Mujeres de piel negra también la empleaban cuando asistían a fiestas y actos públicos. Los emigrantes dominicanos de ambos sexos, solicitaban a sus parientes el envío de la dichosa crema a Nueva York, Boston, Philadelphia. No podían prescindir de la “Crema Perlina” en una época de agresivos prejuicios raciales. Era más conveniente parecer de raza caucásica.

El prestigio de la raza blanca, tras dos guerras mundiales sangrientas, no se discutía. Los japoneses imitaban el estilo de vida de los europeos, las mujeres chinas residentes en los EUA, se hacían operar los párpados para parecer artistas de Hollywood. Pero todo esto podría variar radicalmente. La China continental ha disfrutado de tasas de crecimiento económico extraordinarias; su industrialización ha ido a toda marcha y las exportaciones a EUA superan las previsiones de los empresarios occidentales. China se ha convertido en una gran potencia.

Cuando el yuan sea una “moneda de reserva”, como es ahora el dólar, empezará a venderse el “ungüento amarillino”, crema que nos hará parecer orientales. Tal vez las mujeres blancas europeas acudan a los cirujanos para que “les pongan los ojos rasgados”. El modelo “Geisha” sustituirá al modelo Hollywood. El amarillo pasaría a ser “el color de moda”. Los periódicos difundirían aforismos de Confucio y Lao Tse. Quizás “Revlon” o “Lancôme” fabriquen ungüentos amarillinos.

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