La Universidad del Caribe (UNICARIBE), con 22 mil docentes y los costos matriculares más económicos de las 22 universidades del país, viene siendo sometida a dos acosos que para la supervivencia del alto centro docente, deben de cesar.

El primero es la tenaz e irrazonable oposición del ADN en permitir erigir un puente para peatones (estudiantes), que cruce la autopista 30 de Mayo que bordea las instalaciones de UNICARIBE, hacia el Malecón, y la segunda la presión de los residentes periféricos del alto centro de estudios, quejosos por la arrabalización del entorno.

En el primer caso no se justifica el rechazo del ADN pretextando que obstruye la visión marítima, cuando existen los precedentes del club de profesores de la UASD, el enorme restaurante Adrian Tropical, con un amplio parqueo en el farallón, y otros restaurantes en las adyacencias del Placer de los Estudios.

La avenida Núñez de Cáceres inicia con un paso de nivel justo en el área que visualiza el mar Caribe.

Concerniente a los vecinos quejosos de UNICARIBE es la reincidencia de todas las universidades con las excepciones de la UCAMAIMA y UNIBE, y cuanto procede es la acción responsable del ADN para imponer el orden, que no lo ejerce en su área de responsabilidad, siendo el ADN donde más mesitas de haitianos vendiendo frutas hay en el país, caso que no se percibe en Baní, y el ADN no corrige la invasión de los espacios libres ni establece estanquillos que  generen arbitrios.

Los vecinos de UNICARIBE, ocho en total como grafica HOY del día 22 de ese mes, protestan porque aspiran que UNICARIBE les pague una millonada por casitas que costaron entre diez y quince mil pesos hace 30 años.