Las complicaciones de la prematuridad constituyen la principal causa de muerte en el periodo neonatal. En la región de Latinoamérica, alrededor de 1,2 millones de nacimientos ocurren en forma prematura. Los bebés que nacen bajo esta condición requieren de atención especializada y cuidados específicos que les permitan sobrevivir, crecer y desarrollarse saludablemente.
Con el fin de dar visibilidad a esta problemática y sensibilizar sobre las necesidades y derechos de las y los bebés prematuros y de sus familias, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), el Centro Latinoamericano de Perinatología – Salud de la Mujer y Reproductiva (CLAP/SMR) de la Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS) y otras entidades locales y globales conmemoran, el 17 de noviembre de cada año, el Día Mundial de la Prematuridad.
En esta ocasión, se ha decidido hacer foco en la necesidad de que madres y padres tengan acceso sin restricción a sus bebés ingresados en las Unidades de Cuidados Neonatales Intensivos (UCIN). Esta medida conlleva enormes beneficios para el desarrollo del bebé, ya que favorece el contacto piel a piel, la lactancia y el apego precoz. También, reduce el estrés y la angustia que se propicia con la separación en las familias.
“Los niños y niñas que nacen antes de las 37 semanas o con bajo peso se enfrentan a riesgos como alteraciones leves de sus funciones cognitivas, retraso en su desarrollo psicomotor, pérdida de la visión, sordera e incluso autismo”, externó el representante de UNICEF, Carlos Carrera.
Según las estadísticas del Servicio Nacional de Salud (SNS) en República Dominicana, 8 de cada 100 nacimientos, son prematuros, teniendo 200 veces más posibilidad de morir y quedar con secuelas que pueden repercutir en su desarrollo si no reciben atención oportuna.
Para mitigar estos riesgos, UNICEF apoya la atención temprana de niños y niñas prematuros y de sus familias, a través del contacto piel a piel desde el momento del nacimiento, y de acuerdo al grado de prematuridad o afectación, atención conocida como el método Mamá Canguro. De este modo, el Fondo de las Naciones Unidas junto a autoridades de salud, equipos médicos multidisciplinarios y familiares trabajan para que cada niño y niña disfrute de su derecho a la salud y a servicios de calidad para el tratamiento de las enfermedades, como establece la Convención sobre los Derechos del Niño.
La implementación del Método Madre Canguro, dirigido a la atención de los recién nacidos menores de 37 semanas de edad gestacional y recién nacidos de bajo peso al nacer, se basa en contacto piel con piel, posición canguro, lactancia materna, alta temprana con seguimiento estricto hasta al menos un año de edad, dirigida a la prevención y el manejo de discapacidades de tipo visual, auditiva, desarrollo psicomotor, neurológicas; condiciones con las que cursan los prematuros.
“Sentí mucho miedo cuando di a luz, yo no sabía lo que era un bebé prematuro, sin embargo, puedo decir que, gracias a Mamá Canguro, pude entender mejor el proceso, con amor y paciencia. Es algo que nos ayuda y enseña mucho, y no solo a los padres, sino también al recién nacido”, dijo Altagracia Rodríguez, madre de Marina, una niña nacida con 36 semanas.
Cada año, en el mundo, mueren cerca de 1 millón de niños prematuros. Las estadísticas mundiales calculan que tres cuartas partes de esos niños prematuros podrían sobrevivir si tuvieran acceso a cuidados eficaces y con frecuencia económicos, como apoyo para la lactancia y atención básica para las infecciones y las dificultades respiratorias, es decir con un programa adecuado como lo hace el método Mamá Canguro.
Un informe que incluye estimaciones actualizadas de la OMS y UNICEF, preparadas con la London School of Hygiene and Tropical Medicine, sobre la prevalencia de los nacimientos prematuros, constata que las tasas de nacimientos prematuros no han cambiado en ninguna región del mundo en la última década, con 152 millones de bebés vulnerables nacidos demasiado pronto entre 2010 y 2020.