El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) felicita la decisión de los ministerios de Educación y de Salud Pública para la definición de las condiciones y los protocolos en las que paulatinamente los niños, niñas y adolescentes del país puedan volver a las aulas de manera semipresencial, y así fortalecer su aprendizaje, mejorar su seguridad y su bienestar socioemocional.
En una nueva revisión de la evidencia actual, compilada por UNICEF y UNESCO, se muestra que la escolarización presencial no parece ser el principal impulsor de los picos de infección, los niños en la escuela no parecen estar expuestos a mayores riesgos de infección en comparación con cuando no están en la escuela.
En el informe se destaca que cuando existen medidas de mitigación, el personal escolar tampoco parece tener un riesgo relativo más alto en comparación con la población en general.
La representante de UNICEF, Rosa Elcarte enfatiza en que “las consecuencias de una falta prolongada de aprendizaje, o su deterioro, son abrumadoras, especialmente para los más vulnerables. Cuanto más tiempo permanezcan los niños fuera de la escuela, menos probable es que regresen a ella, y más difícil será para sus progenitores reanudar su trabajo”.
Por otro lado, en un comunicado global la directora ejecutiva de UNICEF, Henrietta Fore, pide que se dé prioridad a los maestros en la vacunación contra la COVID-19, una vez que se haya vacunado al personal de salud de primera línea y a las poblaciones de alto riesgo. “Esto contribuirá a proteger a los maestros contra el virus, les permitirá enseñar en persona y, en última instancia, servirá para mantener las escuelas abiertas” puntualizó.
“Aunque las decisiones sobre la distribución de las vacunas recaen en último término en los gobiernos, y son decisiones difíciles, no debiera ser difícil tomar la decisión de hacer todo lo que esté a nuestro alcance para salvaguardar el futuro de la próxima generación. Esta tarea comienza por proteger a los responsables de abrirles el paso hacia ese futuro: los maestros”, asegura Fore.
Investigación. El estudio de UNICEF y UNESCO se basa en una revisión de 20 publicaciones: revisiones de literatura, documentación de vigilancia nacional de escuelas reabiertas, análisis ecológicos, indagaciones de simulación de modelos de transmisión y observaciones a los rastreos de casos. Los autores incluyen agencias gubernamentales, investigadores académicos y organizaciones de investigación independientes. La mayoría de las fuentes se concentran en países de ingresos altos.
Los ejemplos son de un estudio de 191 países que no mostraron asociación entre las escuelas abiertas y las tasas de infección por COVID-19 en la comunidad.
También hace referencia a una investigación efectuada por 32 países europeos que sugiere que la transmisión de estudiante a estudiante era poco común y no era la causa principal de infección en los niños. En otro ejemplo, un estudio de 57.000 cuidadores en centros de cuidado infantil en los Estados Unidos no encontró un mayor riesgo de infección entre los cuidadores.