Unidades conservan especies de gran interés para la ciencia

Unidades conservan especies de gran interés para la ciencia

Desde bosques vírgenes, cocodrilos, soledonontes, ébano verde, tortuga carey y otras especies en extinción de las cuales quedan reductos de población en el país, se pueden encontrar en las áreas protegidas, ya que su uso y valor para la ciencia son importantes. También se destacan la preservación de   especies exclusivas de la isla, por lo que no habitan en ningún lugar del planeta.

De acuerdo a los especialistas José Manuel Mateo Féliz y Adolfo López Belando  en su libro “Áreas protegidas de la República Dominicana, naturaleza en estado puro”,  una de las  funciones importantes de las áreas protegidas es mantener los recursos  genéticos, los cuales están representados en plantas y repercuten y contribuyen  considerablemente a la agricultura, la medicina y la salud.

Explican que utilizando la base genética  de la biodiversidad  se pueden fabricar fármacos que permiten curar enfermedades.

También se pueden  obtener alimentos de gran rendimiento.

 “La desaparición de especies animales o vegetales atentan contra estas oportunidades y beneficios, de ahí la relevancia de los parques nacionales y las áreas protegidas en general como reservorios de la genética natural”, afirman Mateo y López.

Vida silvestre.  El país cuenta con 120 unidades de conservación, clasificada en cuatro categorías de manejo. Una de ellas es la de refugio de vida silvestre que se trata de un área terrestre y marina sujeta a intervención activa con fines de manejo para garantizar el mantenimiento de los hábitats y/o satisfacer las necesidades de determinadas especies.

En el país existen 18 refugios de vida silvestre con una superficie de 618.54 kilómetros cuadrados. En su estudio, Mateo y López ofrecen los detalles de 13 de esos espacios. Se trata de los  refugios  Río Chacuey, Lagunas Redonda y Limón, Bahía Luperón, Manglares de Puerto Viejo, Cayos Siete Hermanos, Laguna Saladilla, Humedales del Bajo Yaque del Sur, Laguna Cabral o Rincón, La Gran Laguna o Perucho, Manglar de La Gina, Lagunas Bávaro y El Caletón, Río Soco y Ría Maimón.

Todas estas unidades tienen un singular valor y son refugio de un amplio número de especies. Por ejemplo en las lagunas Redonda y Limón, ubicadas en El Seibo, se han reportado 57 tipos de aves, así como varias plantas acuáticas, entre ellas los mangle blanco, rojo y negro. Esos cuerpos de agua también son usados para la actividad pesquera.

Se destaca además el refugio Cayos Siete Hermanos  de Montecristi  que sirve de hábitat  y anidamiento a grandes poblaciones de bubíes que pueden ser observados por los visitantes.

En la actualidad allí se ejecuta un plan de recuperación de esa especie que había sido depredada por personas que usan sus huevos como afrodisíaco. El proyecto es ejecutado por los ministerios de Medio Ambiente y Hacienda.

En la zona marina se encuentran maravillosos arrecifes coralinos cargados de vida y en algunos lugares también existen barcos hundidos de la época colonial.

En la laguna Cabral o Rincón, en el suroeste,  se han reportado 194 especies de flora, ocho endémicas, y 117 de fauna, en su mayoría aves, por lo que el sitio es considerado importante para su conservación.

Las claves

1.  Diversidad amplia

En la laguna de Bávaro se han identificado cinco comunidades vegetales: plantas acuáticas sumergidas, mangles, juncos y ciperáceas de la ciénaga y bosque sobre rocas calcáreas.

 2.  Sobre el libro

El libro de Mateo y López tiene  768 páginas con  amplio apoyo  fotográfico  . Fue financiado por Vicini y  la OEA. Está en venta en las librerías La Trinitaria, Filantrópica, Jurídica Virtual, Avante y Hermanos Solano.

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