La falta absoluta de información sobre decenas de personas que se cree se hicieron a la mar la semana pasada con intención de llegar clandestinamente a Puerto Rico disparó una alarma. Revivió el espectro de un gran naufragio ocurrido días atrás de un bote a la deriva en el que murieron treinta ocupantes nativos de San Francisco de Macorís. Cuatro sobrevivieron en islas Turcas.
Esta vez la angustia se ha apoderado de la comunidad de Villa Riva donde se teme que lo peor le haya ocurrido a numerosas personas de la localidad.
Naves dominicanas y unidades navales y aéreas de Estados Unidos realizaban ayer una búsqueda en el canal de la Mona.
VILLA RIVA. Dolor, llanto y desesperación embargan a familias de más 100 personas que se encuentran desaparecidas en alta mar, tras zarpar en una embarcación la madrugada del miercóles desde Juan Dolio con destino a Puerto Rico.
Pidieron a las autoridades que intensifiquen la búsqueda.
Familiares y autoridades han expresado que en la embarcación iban 97 personas, pero uno de los ocupantes, José Reyes (Moreno), que abandonó la yola al partir, a 500 metros de la playa, dijo que el grupo superaba las 100 personas.
«Yo le dije a muchos que se quedaran porque iba gente hasta parada, pero solo cinco me hicieron caso y hoy deben agradecerme que están vivos», narró.
Aunque la mayoría de los familiares dijeron que sabíano del viaje, no estuvieron de acuerdo porque temían por sus vidas.
«Yo no quería que mi marido se fuera, porque se sabe del riesgo de irse en yola en medio de tanta agua y con mucha gente», señaló María Magdalena, quien contemplaba a su hijo menor Leonel en los brazos.
«Yo le dije a mi hijo que no se fuera , que mejor prefería verlo muerto», narró doña Silvia Estévez, madre de Basilio, uno de los tantos desaparecidos, movidos por la búsqueda de mejoría económica. La tristeza de doña Silvia también se refleja en los rostros de decenas de parientes de los demás viajeros, que aglutinados en el ayuntamiento de este municipio aguardaban por conocer cualquier tipo de información relacionada con sus familiares.
Con lágrimas en los ojos y rostro pálido por la angustia, Olga Suárez y María Magdalena, madre y esposa de Ángel Diloné Reyes, de 32 años, mantienen las esperanzas de que se encuentre sano y salvo, independientemente de que haya o no llegado a Puerto Rico.
Cada viajero habría pagado 50 mil pesos.
Zoom
Amplían rastreo
Las autoridades estadounidenses dicen que continúan la búsqueda. Desplegaron un barco y varios helicópteros. La Guardia Costera informó que el rastreo se inició el domingo luego de que una mujer alertara que una embarcación en la que navegaba su novio, y que había zarpado el miércoles, no llegó a las costas de Puerto Rico.
Temor
La mayoría de los náufragos son de Villa Riva, Hostos, Castillo Arenoso y San Francisco de Macorís, en la provincia Duarte, así como del municipio de Esperanza, provincia Valverde.
El síndico de Villa Riva, Alfonso Regalado, abogó porque los guarda costas de la Marina de Guerra intensifiquen la búsqueda, para evitar que desparezcan en alta mar como ocurrió en un naufragio ocurrido en noviembre del año 2004, cuando perecieron 60 personas, de las cuales doce eran de este municipio.
En una tragedia reciente, hace un mes, 30 francomacorisanos perdieron la vida en un viaje que salió de Sánchez, del cual solo sobrevivieron cuatro personas dos de las cuales están en la cárcel pública de San Francisco de Macorís, tras un juez considerar que eran parte de los organizadores del viaje y que, por ende, estarían involucrados en el negocio.