El 16 de octubre se celebra el Día Mundial de la Alimentación, día del aniversario de la  FAO – que este año celebra su 65 cumpleaños – que desarrolla, sin lugar a dudas, una encomiable labor.

Sin embargo, el Día de la Alimentación se celebra en un escenario enseñoreado por la hambruna y la desnutrición. En el 2009 los que padecen hambre en nuestro mundo llegó a 1,023 millones, récord histórico. Consecuencia tanto de la crisis económico -financiera del 2008-2009 como la inmediatamente anterior crisis de Seguridad Alimentaria 2006-2008. El Informe del Índice de Precios de los Alimentos de la FAO señala que aunque la producción de alimentos siguió creciendo en el 2009 – con gran aumento de la oferta – los precios del trigo, el maíz, la leche y otros cereales – entre las principales fuentes de calorías – están un 50% por encima de los valores que se registraron en el 2004.

La relativa mejoría de los precios de los alimentos, el inicio de la recuperación económica ha permitido que, de acuerdo con la FAO, desde septiembre del 2009 la reducción de hambrientos en 98 millones para todavía hoy día ser 925. La situación por región es la siguiente en este 2010: Asia -Pacífico, 578 millones, 12% menos; África Subsahariana 239, un 10% menos; África del Norte y Oriente Medio, 37, un 12% menos; América Latina y el Caribe prácticamente sin cambio con una reducción de 600 mil personas en hambre para situarse en 52.5 millones de 53.1 en el 2009. En sentido contrario se ha movido esa problemática en los países desarrollados, increíblemente, con 19 millones con hambre, un 27% más que en el 2009.

A pesar de la magnitud del drama en nuestro continente, hoy, con la excepción del Caribe, produce un 60% más de sus necesidades alimentarias. Brasil es un buen ejemplo de lo que puede hacer un gobierno con voluntad política: mediante el Programa Hambre Cero redujo del 9 al 6% los hambrientos y en 73% la desnutrición infantil.

Diecinueve  países aplican lo que la FAO denomina como “transferencias condicionadas de ingresos” lo que la RD le llama Programa Solidaridad; Brasil Bolsa de Familia;  México, Oportunidades; Familias en Acción en Colombia, entre otros.

A pesar de este brutal panorama, la Ayuda Alimentaria Mundial está en su nivel más bajo en 20 años, la Ayuda Oficial al Desarrollo que recibían 71 países pobres se redujo en el 25% en el 2009; mientras que la FAO alerta que se requieren 83,000 millones de dólares en inversión agrícola para incrementar en un 70% la producción para los 9,000 millones de individuos que seremos en el planeta en el 2050, hoy la media de inversión en los países pobres no rebasa el 5 % de los presupuestos.