Unión regional por el turismo

Unión regional por el turismo

Levantarse, aún más, hasta caminar con los bríos de sus mejores épocas anteriores, es lo que le corresponde hacer a la gran industria de viajes y hostelería del mundo y sus regiones, objetivo de particular importancia para la República Dominicana, que con buen sentido y esfuerzos está lanzada hacia la normalización de su actividad económica básica.

Para logros futuros, en la misma dirección, acaba de ocurrir en Punta Cana una conjunción de voluntades de gobiernos y entes privados llamados por la Organización Mundial de Turismo a propiciar, con medidas que traspasen fronteras, la movilización de viajeros hacia destinos enlazados, con la firmeza de los protocolos de protección a la salud que arrojan resultados favorables.

Una coordinación felizmente acordada en un polo turístico que viene demostrando la eficacia de sus previsiones en la acogida de visitantes. El Este dominicano ejerciendo un indiscutible liderazgo regional.

El hecho de que 18 países de esta parte del hemisferio unificaran criterios con representantes del empresariado y de mecanismos internacionales del ámbito turístico hace honor a la conveniencia de marchar en una misma dirección con una suma de gestiones armonizadas para que los viajeros fluyan crecientemente, como si existiera un corredor nacido de la comunidad de intereses. Para esta Quisqueya de los esplendores caribeños una coordinación supranacional será de mucho beneficio.

A descubrir lo mal hecho

El manto que cubre el pasado de gestiones administrativas debe, efectivamente, ser levantado con una auditoría extraordinaria a toda nómina pública como traza al Contralor General la Dirección General de Ética e Integridad Gubernamental, habiendo existido por años una ausencia fiscalizadora sobre órganos estatales que pudo haber abierto espacio a los abusos de poder.

Apremia una investigación contable que identifique la violación de regulaciones como: percibir más de un salario a costa del erario o de montos que no correspondan a las funciones asignadas o que no estén respaldados en desempeños que los justifiquen o asignados por tráfico de influencia, nepotismo, populismo o clientelismo porque de todo podría aparecer en este predio del Señor. Los escalpelos constitucionales que certificaban probidad de gestión estuvieron en «receso».